Viendo que el tiempo se resiste a traernos la lluvia que tanta faltica hace (esto decía yo en noviembre del 2023), aquí os pongo hoy unas fotos que hice el año 2018 cuando el Nacimiento y el Chorro llevaban el agua que a estas alturas del otoño también tendrían que llevar. Todos tenemos fotografías y vídeos con el agua saliendo generosa entre las piedras bajo las higueras y que discurre entre remolinos y espumas blancas río Cerezo abajo.
Antiguamente, cuando no llovía, se sacaba a los santos y se hacían rogativas para atraer las lluvias; era lo mismo que las danzas de los indios sioux americanos, y que por lo visto tampoco les surtían mucho efecto, porque en las películas siempre se les veía rodeados de desierto o del Séptimo de Caballería.
Así y todo, en nuestro pueblo podemos darnos por satisfechos pues, hasta la presente, no tenemos restricciones en el suministro y la sierra sigue, incansable, proveyéndonos de la bendita agua sin la que nadie ni nada puede vivir. No sabemos lo que tenemos.
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Dos Eloísas, madre e hija bajando hacia el Nacimiento. |
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Samuel de Tedoro |
Las siguiente fotos las hice otro año en el que el nacimiento no llevaba tanta agua.
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Jorge y su hijo Diego |
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Otras dos Eloísas: madre hija; para mí, hija y nieta |
Recuerdo haber pasado buenos ratos paseando por esos lugares y disfrutando del sonido del agua cantarina. Hoy pasa como en mi pueblo con zonas como el llamado "Pijo del cura", arroyo Salado y otros más. De fuentes y arroyos no tienen más que el nombre.
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