Algunos nombres de nuestro callejero dan que pensar: camino del Cementerio, calle Peligro, plazoleta de los Muertos, rincón sin Salida... El caso es que estas calles, restos del casco primitivo del pueblo, se han arreglado con nuevo saneamiento y cableado, red de agua potable, alumbrado, etc.
Las obras comienzan con la tala de un árbol centenario (lo plantaron en tiempo de Primo de Ribera, hacia 1925) y terminan con la plantación de un nuevo ejemplar arbóreo, en este caso un olivo.
Con mi máquina tomé algunas imágenes que aquí os muestro.
Se ha puesto de moda en los Ayuntamientos la tala indiscriminada de árboles casi centenarios, una pena.pene ver destru
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