martes, 7 de abril de 2020

269.- Seminaristas, curas y obispos

El otro día le pedí a mi nieto Manuel que me trajera el transistor. Este estudiante de bachillerato que vive con nosotros todo el año, levanta la mirada del móvil y me pregunta "¿Y eso qué es, abuelo?" Le tuve que explicar que un transistor es una radio. Otro día le dije que yo había estudiado en el seminario. "¿Y qué es el seminario?" Nueva explicación de otra palabra que habla de cosas que a esta gente joven ya ni le suena. Le aclaré que el seminario es una especie de colegio en el que estudiaban y estudian los niños y jóvenes que quieren ser curas.

Yo estuve en el seminario desde los doce a los dieciocho años. Como la 'carrera' completa eran doce cursos (4 de Humanidades, 2 de Retórica, 2 de Filosofía y 4 de Teología) y yo me salí en primero de Filosofía, puedo decir que sé de la misa la mitad.

Juan José Millás, en su novela autobiográfica El mundo habla también de su paso por el seminario y comenta: "La mayoría de los compañeros del seminario procedía del medio rural, pues en aquella época la Iglesia se nutría de los vástagos más inteligentes de las familias más pobres". Aunque yo no era de los más listos, lo cierto es que en aquellos años duros de mediados del siglo XX ir al seminario me supuso la gran oportunidad de poder estudiar en uno de los centros de enseñanza mas prestigioso de Málaga.

El año 1956, cuando yo ingresé, ya estaban en el seminario otros paisanos: Antonio Muñoz Sedano (el del cabo Luna), mi hermano José Álvarez Curiel, José Sánchez Luque (del cortijo El Pañero); después de mí entraron José Miguel Merino (el hijo del maestro don José Merino), Pepe Vegas Palomo y Antonio Aguilera Cabello. De todos ellos (mi hermano Pepe murió y Muñoz Sedano dejó el sacerdocio) siguen de cura Sánchez Luque (que también ha fallecido) y Antonio Aguilera, quien en la actualidad ostenta uno de los cargos más importantes de la diócesis de Málaga: deán de la catedral.

Desde que Villanueva del Rosario es parroquia (allá por 1760) es posible que haya habido otros paisanos nuestros que siguieran la vocación eclesiástica. Yo lo ignoro pero se podría investigar.

En esta entrada del MURRE dejo algunos recuerdos de aquellos tiempos de sotanas (¿qué es una sotana?), tonsuras (¿ton qué...?), birretes, latines, griegos, rezos y muchos estudio.

Explico lo de la tonsura. Antes de ser ordenados sacerdotes, los seminaristas de los últimos cursos de Teología eran ordenados por el Obispo en órdenes menores: ostiario, lector, ¡exorcista! y acólito. También se les rapaba un círculo en la cabeza, justo en la coronilla, como marca de que era persona consagrada a Dios: eso era la tonsura.

Aquí estoy yo con Pepe Sánchez y Antonio Muñoz  rapándole por primera vez la coronilla a mi hermano Pepe. Sería el año 1958


Otra imagen del momento con el padre Pulido haciendo de barbero.


Muñoz Sedano, yo y mi hermano Pepe. ellos con sotana, en la puerta de doña Enriqueta (donde estaba el Mayuba).


Primera misa de Pepe en la plaza del ayuntamiento, año 1961

Mi hermano Pepe, mi madre, el alcalde Juan Molina, Socorro su mujer, el cura Astorga, el comandante de puesto y mucha gente el día de su llegada al pueblo como nuevo cura.


Unos años antes, Antonio Muñoz Sedano entra en el pueblo como sacerdote.


Primera misa de Antonio Muñoz Sedano en la antigua iglesia de Villanueva del Rosario.



En el seminario: Belén viviente con pastores y corderos. En primer plano mi hermano Pepe vestido de pastor.



El obispo Emilio Benavent ordena a mi hermano de sacerdote.



El seminario y su entorno en 1956



Ahí estoy con sotana junto a mi amigo y compañero Antonio Cueto. El gesto de la mano en el pecho parece que ayudaba a la concentración.


Año 1957. Grupo de seminaristas de los primeros cursos. Los que tienen un puntito en la frente eran los que, al pasar los cursos, habían ido abandonando el seminario. De todo este grupo, solo una decena llegaría a ordenarse de cura.

En el centro hay tres mayores sentados; eran nuestros superiores. Yo estoy justo detrás de el de la derecha que era José Rodríguez Pineda.



Tras la primera misa, los feligreses besan la mano del nuevo presbítero Antonio Muñoz Sedano.





José María Astorga, Muñoz Sedano y mi hermano Pepe junto a familiares y amigos.


Una foto curiosa. El obispo Emilio Benavent y varios curas, acompañados por el alcalde Rafael Castillo y una pareja de la guardia civil escuchan lo que les está diciendo Carmen la de Benede, con un niño en brazos.