viernes, 27 de diciembre de 2013

82.- Postales en blanco y negro

Hoy toca dar un paseo por la Villanueva del Rosario de los años sesenta y setenta del siglo pasado, con veinte postales en blanco y negro. No han cambiado mucho las cosas, pero en estas fotografías encuentro dos detalles que destacan;  por un lado el blanco de la cal que da esa luminosidad a las fachadas de las casas; por otro, que apenas hay coches por las calles: solo vemos un tractor pasando por delante del cine de Onofre, y un Dos Caballos matrícula MA 48775 aparcado junto al escaparate de la tienda de Higinio, donde hoy está la ferretería de su hijo Cristóbal.




Fachada de la iglesia en 1965.
Adosada a la caseta de la luz (el transformador) está la fuente.


Ermita del cementerio.
La cruz, que estaba antes que la ermita, no cuadra.


La casa del reloj y la caseta de la luz. Al fondo, el cartel de la Caja de Ahorros de Antequera..
Sobre la gatera, en el tejado , uno de los cuatro altavoces distribuidos por el pueblo, que se utilizaban para difundir noticias y avisos del ayuntamiento


Fachada del cuartel de la guardia civil.
(Igualito que ahora...)


Madre e hija saliendo del mercado.
¿Qué es el arco que se ve a la izquierda? ¿A qué recinto dónde lleva y por qué está ahí?
Es la entrada a una calle del pueblo, que ni tiene nombre ni nadie pasa por ella porque no tiene salida. Para evitarse problemas de limpieza, las autoridades municipales le han puesto una puerta de hierro cerrada a cal y canto. Bien cuidado, con macetas y con mobiliario para sentarse podría ser uno de los rincones más típicos de nuestro pueblo.


Centro Rural de Higiene y casa del médico.


Mercado Municipal y el quiosco de la María


La tienda de Higinio Navas


Parte trasera del Mercado Municipal


El cine de Onofre con sus dos taquillas, las tres puertas de entrada...
Por aquellos entonces, en el pueblo había tres cine: el Cine España, el Cine de Onofre y el Cine de Molina. Un lujo que nos abandonó y nos dejó encerrados en casita ante la caja tonta.


¿Cómo se llamará ahora la calle A? ¿Qué estarán recogiendo las mujeres que se ven al fondo? Pueden ser ajos.


Lateral izquierdo del almacén de la matalahúga con el Chamizo al fondo.


Ventana  con dos pisos de macetas.
Otra cosa que vamos perdiendo.


Puente viejo de la Fuente Vieja. Nunca se desbordó.
La fuente y el pilón de cemento, se ven asomar a la izquierda donde una mujer entrevista llena un cántaro que clarea.
A la derecha todo era campo con higueras, chumberas y las eras.


El puente sobre el Arroyo de la Canaleja con sus barandas y sus sillares y piedras primorosamente talladas.
El edificio de enfrente, con su puerta y dos ventanas, era el bar de Caro.



Cruz de piedra del cementerio y, al fondo, el perfil inconfundible del Morrón de la Aguililla.


Vista del pueblo desde la última morera


Esquina del Grupo Escolar.
Aparece la indicación hacia Granada porque durante aquellos años la carretera del pueblo fue paso obligatorio para acceder a Málaga. La carretera general estaba cortada en Alfarnate y aún no se había construido la autovía.


El Cruce de carreteras y la Avenida Juan Molina hacia el Morrón de La Aguililla, lo único que no cambia.
Donde ahora está el bar Los Mellizos, resaltan el yugo y las flechas, emblema de la Falange.
Donde ahora está el Hakari yo veo un mulo amarrado a un árbol.


Vista parcial del pueblo desde el Cerro Bastián

domingo, 22 de diciembre de 2013

81.- La foto escolar

De Córdoba o de Barcelona venía cada año un fotógrafo que retrataba uno a uno a los niños y niñas de la escuela; los hermanos se ponían juntos para así ahorrarse dinero, pero muchos, aunque lo estaban deseando, no se hacían la foto porque los padres simplemente no podían pagarla. El fotógrafo instalaba su estudio en el patio del Grupo Escolar y el escenario era siempre el mismo: un pupitre, un libro abierto como si lo estuvieras leyendo, un mapa de España de fondo, el globo terráqueo, una pizarra...

(Un año, cuando el fotógrafo ya lo tenía todo instalado para comenzar a hacer las fotos, Félix ´Melón´, que por entonces tendría siete u ocho años, dobló la esquina corriendo y, sin darse cuenta se llevó por adelante el tinglado, tirando por los suelos el trípode con la cámara. El pobre fotógrafo, viendo arruinado su negocio, salió corriendo detrás de Félix, lo agarró y, con la intención de que sus padres se hicieran cargo del estropicio, le preguntó:
-¿Cómo se llama tu padre?
-Mi padre es Melón –porque con este apodo lo conocía todo el pueblo.
-¿Y tu madre?
-Mi madre es la Mata –y ese era efecto el apellido de su madre.
Creyendo el fotógrafo que el aturdido Félix se estaba cachondeando de él con lo del melón y la mata, lo cogió de una oreja y lo llevó hasta el maestro quien como pudo arregló el asunto.)

Los niños íbamos a la escuela vestidos cada uno a su aire pues los maestros nunca se plantearon que nos pusiéramos ni babero ni uniforme. Lo de las niñas era otra historia: además de mejor peinadas (las trenzas era la forma normal de llevar el pelo), todas vestían babero blanco con un lazo azul al cuello. Para que no se mezclaran, las niñas tenían las clases en el piso de arriba y los niños en el de abajo; además, a los niños nos daba clase un maestro mientras que a las niñas era una maestra. Incluso en el recreo los juegos de unos y otras, además de ser distintos, también se hacían por separado. Las niñas jugaban mucho al piso, al salto de la comba... Los juegos de los niños eran más violentos: pilla-pilla, salto la burra, a la pelota...

A la escuela se iba con una cartera (las niñas llevaban maletín) que, como estaba hecha de cartón, si se mojaba se deshacía. El material escolar era simple: una libreta, un lápiz y goma. Para ahorrar papel y por pura economía la mayoría llevaba una pizarra con un pizarrín amarrado con una cuerda y un trapo para limpiarla. Los que tenían lápices de colores (de la marca Alpino) eran unos privilegiados. Cuando eras más grande, los maestros nos dejaban usar una pluma metálica que se mojaba en los tinteros que estaban incrustado en los pupitres y que el maestro llenaba de vez en cuando con la tinta que él mismo hacía y que guardaba en una botella con pitorro. No había libros de texto y lo más que se aprendía era a leer, a escribir, a manejar las cuatro reglas y unas nociones de geografía e historia. Se dedicaban muchas horas al catecismo, a dibujar la bandera de España y a hablar de la Falange, de Franco y de José Antonio Primo de Rivera.

Era tanto el frío que hacía en invierno dentro de las clases, que algunas madres les  preparaban a sus hijos una lata de las de atún, a la que le ponían una cuerda o alambre para cogerla, la llenaban de ascuas del braseo y las cubrían de ceniza. Con aquella triste candela de mala manera se podía combatir un ambiente tan helado. Una vez pusieron estufas alimentadas con orujo, pero entre que hacían humo y que nadie traía el combustible, apenas funcionaron.

Los días de mucho frío, para ver cómo de heladas teníamos las manos, nos hacíamos apuestas a ver quién era capaz de ‘hacer el huevo’, es decir, intentar juntar las yemas de los dedos: de verdad que a veces los dedos no obedecían, entumecidos por la helada.

He aquí algunas fotos de escolares.


Josefita, Angelia y Anita (de la Pingorota)

Baltasar y Jorge (de Frasquito)

Yo, con siete años. El brazo derecho lo tenía escondido porque me lo habían escayolado.

Un poco más grande

Bernabé, Paquita y Eloísa (de la Currita)

Rafalita

Juan Francisco (de Benede)

Me dice Antonia María que este niño es Antonio Muñoz Mármol

Rosalía

Carmen y Cristóbal (de la Marota)

Mari Carmen, Jorge, Sebastián y Adela (de Ramitos)

Pepe 'Melón'

Pepe, Manolo y Pedro (todos Pedrines)

Pilar Olvera (de Miguel el Carbonero)
Me dice Pilar que la de la foto no es ella, que es su prima María, la de la Gertrudis.

Rosarito y Anita (de Félix el barbero)

Seguro que hay muchas fotos como estas metidas en latas o empaquetadas en álbumes. Si me las prestáis, yo las pongo en el Murre.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

80. Vocabulario 8




Siempre se ha dicho que las lenguas son muy conservadoras, reacias a los cambios. Pero si eso ha sido así durante siglos, en la actualidad la lengua que hablamos, sobre todo en el nivel léxico, está sometida a continuos cambios e innovaciones a causa de la facilidad con que las palabras viajan rápidamente de un sitio para otro.

A propósito de lo anterior, y volviendo al glosario de voces que han caracterizado nuestra forma de hablar en Villanueva del Rosario, ya están lejos los tiempos aquellos en que casi nadie usaba ni conocía palabras ahora tan corrientes como axila, bostezo o sed porque todos hablábamos de sobaco, abriero de boca o gana agua.

Sin más preámbulos sigamos con las palabras que empiezan por B

blanquetas. Estar o quedarse en blanquetas: arruinado, a dos velas. También puede indicar que alguien no se ha enterado de nada.
blusita. Camisa, tanto de hombre como de mujer.
bocaná de aire. Coger una bocaná de aire: enfriarse, constiparse. “Al salir del cine, cierra bien la boca no vayas a coger una bocaná de aire”.
bolilla. Anda y que te den bolilla: expresión coloquial para despedir a alguien de mala manera. Bolilla: carne envenenada para eliminar zorras, lobos y otras alimañas.
bolina. Planta silvestre.
bollao. Sin dinero, tieso.
bollo. Lío, complicación, ruina. “Como te cojan conduciendo sin carné te vas a buscar un bollo”.
bombear. Quemar, desprender calor. “Con este brasero se pone la casa que bombea”.
bonitillo. Poco bonito, casi feo.
borde. Referido a una persona, antipática, desagradable. “Es tan borde que no saluda a nadie”.
borondo. Redondo, gordo, rechoncho. Para pregonar los chumbos se decía: ¡Gordos y borondos!
borzales. Sandalias rústicas.
borrachuelo. Bizcocho borracho, dulce casero.
borrega. Ampolla, vejiga que se forma por un roce en las manos o en los pies.
borreguitos. Nubes redondas y pequeñas. Refrán: Borreguitos en el cielo, charquitos en el suelo.
botano. Agujero, boquete.
bote. Darse el bote: irse, largarse, quitarse de en medio.
brabán. Arado grande con dos ruedas que permite hacer surcos profundos.
bregoso. Que da mucho que hacer, trabajoso. “Los niños a esta edad son muy bregosos”.
breva. Fuerte como el pellejo breva, expresión irónica para indicar que algo o alguien está débil, sin consistencia.
bu. Juego de las bolas. Círculo en el que se ponen las bolas.
buenazo. Infeliz, sin doblez, simplonato. “Esas cosas le pasan por buenazo”.
¡bueno va..!  Interjección equivalente a ¡Ya está bien! ¡Para!
bueno y sano. Empleado para ponderar la buena salud de alguien.
buheo. Terreno que se agrieta en verano; tierra de mala calidad.
bujío. Vivienda pobre y pequeña.
bulla. Aglomeración de gente. “Esta tienda siempre tiene una bulla tremenda”.
burlesco. Tomadura de pelo, cachondeo, burla continua.
burra. Trípode. Especie de escalera que sirve para soportar tablones.
burrá. Gran cantidad de algo. “Este tío sabe una burrá”.
burro montao. Juego de cartas.
buscabocas. Provocador, pendenciero.
buscársela. Meterse en un compromiso, hacer un desaguisado. “Lo han pillao en el coto sin permiso y se la ha buscao bien buscá”.

viernes, 13 de diciembre de 2013

79.- María la de Bautista

(Esta entrada la publiqué en 2013. Ahora os la vuelvo a mostrar, con algunos retoques).

Hace unos días mi prima María, la de Bautista, me enviaba desde Cataluña una carta en la que quería dar las gracias por las ayudas y apoyos recibidos aquella triste madrugada en la que se anegó su casa junto al Arroyo. La transcribo tal cual y es un modelo de narración en el que María describe aquellos dramáticos momentos con una precisión y una sencillez inmejorables.


Sabadell, 28 de Noviembre de 2013.  
 
PRIMER ANIVERSARIO DE LA RIADA

Yo, María de Bautista, quiero dar las gracias  a todos los vecinos, paisanos y amigas de mi pueblo, Villanueva del Rosario, por las ayudas recibidas en el día de la riada, 28 de septiembre de 2012.

Quiero agradecer en especial a Hilario, a su hermano Juan y a sus compañeros; juntos, rehabilitaron mi casa. Del gobierno  no he recibido ayudas, por ser mi casa “segunda residencia”. Por este motivo, no he podido pagar a todas esas personas que en aquél momento pusieron todo su  esfuerzo, tiempo, material y trabajo, en rehacer mi casa.

Gracias al alcalde del pueblo,  José Antonio González, por su eficaz organización al acoger en la residencia a todos a  los afectados que nos quedamos en la calle sin nada. Gracias a  la ayuda del ayuntamiento por organizar diversas actividades y fomentar la colaboración de los vecinos con el fin de recaudar dinero y colaborar en la causa (percibí 1000 euros de ayuda).

Me gustaría mostrar mi agradecimiento a mis sobrinas Puri, Leo, a su hija Sandra y al resto de familiares, que sacaron con esfuerzo el barro de la casa, pudiendo recuperar algunas cosas.

Gracias a mis amigas de toda la vida, por aportar el dinero que pudieron, con el cual pude comprar la nevera, microondas, cocina y otros enseres etc...

Mi especial agradecimiento al  profesional equipo de bomberos. La parte humana fue lo más importante en aquellos momentos difíciles, acogiéndonos con cariño y aportando comida, mantas y asistencia médica.

Todo pasó mientras estaba durmiendo. Me desperté  y, al poner los pies en el suelo, todo estaba lleno de agua. Mi reacción inmediata fue subirme al piso de arriba. Pocos segundos después, las paredes de mi dormitorio se desplomaron por completo. Asustada y bloqueada, sin saber lo que estaba sucediendo, me encontré en los brazos de un bombero. Para tranquilizarme, me dijo: “Cierre los ojos y no mire nada de la casa”.  Me sacó cogiéndome en sus brazos y me pasó al otro lado de la calle. Aquél día sentí como si se parara el tiempo: todos mis recuerdos se quedaron atrapados en aquél montón de ruinas y montones de barro. La lluvia caía con fuerza buscando su cauce, el río se desbordó, arrasando todo lo que encontraba por su camino: casas, piedras, coches...etc.

Gracias a Dios, en este momento puedo estar con mis seres queridos (hijos, nietos, etc.) y poder contar todo lo acontecido como una anécdota más. Aunque todo quedó en un mal recuerdo, afortunadamente pude sentir la cercanía de aquellos que me ayudaron en todo momento. Parece un mal sueño del cual todavía no he podido despertar, aunque lo más importante es que no hubo ninguna victima mortal, aunque sí moral.


Atentamente, un cordial saludo.

 Maria de Bautista.                                                             



María se quedó viuda muy joven pues su marido, al que decían 'Falage', murió de tuberculosis. Ella emigró a Cataluña donde sacó adelante a su familia. Eso sí, cada año volvía a su pueblo a pasar una temporada en su pequeña casita que se había construido al lado del Arroyo, cerca del puente.

Para recordar aquella riada, he aquí cuatro imágenes de las que tomé aquella misma mañana.







Y ahora, dos fotos de la familia.
Aquí está María con su familia, junto a su hermana Carmen, con Benede y sus hijos. También aparecen Pepe y unos sobrinos.
Benede y Pepe son (eran) primos hermanos míos pues su padre, Pedro, era hermano de mi padre.




Esta segunda foto está tomada un día de toros en el Matadero. La fila de en medio es parte de la familia: Bautista, su mujer, hijos y parientes.


El de la mascota negra, el primero por la izquierda en la segunda fila, es Bautista en una corrida de toros en el Matadero. Su nombre completo es Juan Bautista Caro Pérez. Era un hombre muy curioso, amante de la fiesta, y fue el último de los saucedeños de los que sabían bailar el fandango local, que desgraciadamente ya nadie recuerda ni baila.

Cuando yo estaba de maestro en el pueblo, cada mañana, durante el recreo, me tomaba un café en el bar del cine. Allí estaba siempre Bautista, atento a los tratos, comprando grano o trajinando con las aceitunas. Me gustaba hablar con él pues sabía de cosas antiguas y recordaba infinidad de letras de canciones y coplas. Un día le pedí que me las escribiera y cada mañana, mientras tomábamos café, me entregaba un papel con las que había recordado. Buena parte de mi recopilación de coplas que aparecen en el Cancionero popular andaluz se la debo a su privilegiada memoria.

He aquí algunos de aquellos papeles con las coplas y el sobre en el que los metía. No hagan caso de su ortografía porque lo que sabía lo aprendió solo.



domingo, 8 de diciembre de 2013

78.- Soldados

Las fotografías que enviaban los soldados a sus padres desde los cuarteles, donde hacían el servicio militar, han ocupado en las casas un lugar de privilegio; enmarcadas en cuadros, se colgaban en las paredes junto a la foto de novios de los padres o el retrato de los abuelos. Además de estas fotos entrañables y alegres, hay otras que son testimonio de tiempos de guerra.

Según me informó el recientemente fallecido Pepe Vallejo, la primera fotografía que os muestro fue tomada el 18 de julio de 1939. Los soldados y oficiales que aparecen son los componentes del desfile de la victoria que se celebró en Villanueva del Rosario aquel año para conmemorar el triunfo de los nacionales. La guerra, oficialmente, había terminado el primero de abril de aquel mismo año.

Fue el alcalde de entonces, Pepe Marcos, quien solicitó a los jefes de diferentes acuartelamientos que dejaran venir al pueblo a los soldados que habían participado en la contienda en el bando nacional.

Vinieron varios oficiales forasteros, y el único oficial oriundo de aquí fue D. Luis Vallejo, el farmacéutico, quien entonces era alférez provisional.

El tercer oficial por la izquierda, es Luis Vallejo. marcado con una cruz en el suelo.
La foto fue tomada en el pueblo, posiblemente en el patio del horno de María Jesús.


Las tres fotografías siguientes son más antiguas pues corresponden a los años 20 del siglo pasado, cuando soldados españoles participaban en la sangrienta guerra que se libraba en África, en lo que se llamó el Protectorado Español en Marruecos.

Los heridos que aparecen en la primera fotografía estaban atendidos en el Hospital Militar de Málaga, hoy Clínica Pascual, junto a la iglesia de la Victoria. El de la herida en la cabeza es el tío de la Antoñilla.

Soldados heridos en la guerra de África convalecientes en el Hospital Militar de Málaga, el Hospital de la Victoria actualmente Clínica Pascual.






El resto de las fotos son de diferentes reemplazos y de muy diversos lugares; en cada una aparece algún soldado del pueblo.

Paco 'Veleta', Juanillo 'Juaneles', Miguel 'Pajarillo', Paco 'Tagardino'

Ricardo, Tallón, Juan Catorso, Quintorro...


Juanillo de Julián, Inocencio 'Minuto', Juanillo Chaparro, José Muñoz, Menchoro...


Juanillo Canasta, Lucas, Paco Molinilla...

Cristóbal 'Veneno', Paquillo 'Moro'

Cristóbal Correo, Rabioso...

El de la derecha soy yo. Estamos en la puerta de la catedral de Almería.
Hacíamos los tres meses de campamento y los fines de Semana bajábamos a Almería para pasear y tomar algo.