sábado, 22 de marzo de 2014

98.- Caballerías

Hace ya muchos años que por las calles de nuestro pueblo, llevado del cabestro por su dueño, pasó el último mulo camino de la cuadra. Antes eran muchas las familias que tenían una yunta de estos animales para ayudarse en las faenas del campo: arar, barcinar, trillar... La llegada de la maquinaria agrícola a mediados del siglo pasado liberó a nuestros agricultores de estos duros trabajos pero, a su vez, esta modernidad borró de un plumazo estampas como las que a continuación os muestro en las fotos. También dejaron de tener sentido oficios como los de albardonero, seronero o herrador. Y poca gente sabe ya lo que eran ni para qué servían cosas como albardón, jáquima, ataharre, enjalma, cincha, tarabita, angarillas...

Ahora hay quienes tienen caballos, los crían y cuidan pero no para aprovecharse de su fuerza sino para pasearse. Desde antiguo, el tener un caballo ha sido signo de poder y de dinero, por eso eran pocos los que podían permitirse ese lujo.


Miguel Veleta en la puerta de su casa.

Paquillo Ortiz (el Moro) y Juan José (el Correo)

Paco junto a su yunta de mulos

En La Linde a la vuelta del campo



Juan el Rabioso y su hija a la entrada de la cuadra.

En la moto estamos Manolo Marquitos, Antoñito y yo.
Detrás viene un hombre llevando del cabestro un mulo cargado de leña.

Manolo el gitano, Diego Reguero, Paco el Moro, Manolo.

El burro era ideal para las excursiones por el campo.

Fotografía antigua (años 20)  el la que se ve un jinete sobre un caballo de magnífica estampa.

Dos yuntas arando junto a las eras, cerca del pueblo.

Paca y una hija de María Jesús la del horno.

El padre de la Magdalena de Melón y Antonio Tallón.

Heliodoro, Juan Antonio, Pepe Navas, Francisco Muñoz Sedano, Enrique Vallejo, Lucinio...

Cristóbal Valencia juega con su gato en la Plazoleta de los Muertos.
Al fondo Vicente y alguien que no distingo, apareando a los mulos

sábado, 15 de marzo de 2014

97.- Desde el tendido

Lo que más abunda en mi álbum digital son las imágenes tomadas alrededor de las fiestas taurinas del día de la Virgen o de la fiesta del Emigrante. Para el fotógrafo (Rama, Repiso, Lara) era una buena ocasión de coger a mucha gente sentada y quieta en el palco o en los andamios, hacerle una fotografía, revelarla y luego presentársela a ver si se la compraban.

He aquí, sin dar nombres ni apodos, 18 fotos tomadas durante medio siglo en las que aparece mucha gente; unos están, otros ya se nos fueron.

Hacia 1970

1955

!964


1964


1979


1979


1988


1955


1955


Hacia 1970


Hacia 1970


1966


1955


1970


Años 80


1955


Hacia 1980

1955




domingo, 9 de marzo de 2014

96.- Un san Marcos en las Pedrizas

Desde siempre, el lugar del sanmarqueo ha sido un sitio en el campo con agua y cercano al pueblo porque había que ir andando: Nacimiento, Chorro Negro, Torongil, Parroso... Con la llegada de los coches fuimos buscando otros lugares más alejados en los que pasar ese día junto con familiares y amigos. Hubo años en los que fuimos de san Marcos a lugares curiosos como el pantano Iznájar o el del Chorro. Durante un tiempo también había estado de moda la fuente de la Yedra, donde se daban cita los jóvenes de la comarca porque al atardecer siempre había una orquesta con la que bailar.

En el año 1972 se habían iniciado las obras del nuevo acceso a Málaga desde el puerto de las Pedrizas y allí nos tienes a medio pueblo acampando en el llano que hay cerca de la fuente. Para recordar el san Marcos de aquel año aquí pongo doce fotos de mi álbum particular.



En el Puerto de las Pedrizas. A la izquierda se ven las las pilas de la fuente; en el llano, los coches aparcados y la gente preparando la comida y  extendiendo las mantas sobre la hierba; al fondo, el trazado de la nueva carretera.



Mónica, con apenas dos años, se acerca a una piara de cabras que pastan junto a la carretera en obras.



Parte de la familia de los curritos. Yo nunca salgo porque soy el de la cámara.

María Jesús frente a una tubería de la carretera.

Eloísa, Lolita Molina y Carlos junto con algunos niños.

Eloísa, mi suegra Currita, Anita, Mónica con su inseparable chupete, Rafalita, Carmen María y Joaquín.

Familiares y amigos: Josefita Chicón, Antonio Frasquillo y su mujer, Pedro, Mari Carmen, mi hermana, Hilario, María Jesús, Reme.

En el centro, mi madre y mi hermana Remedios preparan la comida.

A la izquierda, Paca y Antonio el pastelero.

Juanita, su madre, Belén y Juanfran.

Soriano y Juanita.

Pepa la del pan junto a sus padres, un matrimonio y Miguel el Carbonero.

jueves, 6 de marzo de 2014

95. Vocabulario 10


Hemos llegado al Vocabulario 10 donde nos topamos con nuestro repertorio de palabras populares que empiezan por ch, combinación de dos letras que se emplea para representar en español el sonido consonántico, africado, palatal, sordo. El caso es que, desde no hace mucho tiempo, las palabras que inician por ch- han sido incluidas en los diccionarios dentro de las que principian por c-, decisión con la que yo no estoy muy de acuerdo. Pero eso es otra historia u otro cuento.

Y a propósito de cuento he de decir que cuando alguien contaba un cuento, para darlo por concluido el narrador o narradora decía: ¡chanfle! En recuerdo de aquellos tiempos lejanos en los que se contaban esas historias, aquí les pongo un cuento popular que fue recogido en 1882 por Francisco Rodríguez Marín. Lo reproduzco tal como lo publicó, con la peculiar ortografía con la que este eminente estudioso del folclore transcribe la pronunciación andaluza.

Diendo er Señó con San Pedro por un camino alante, le preguntó er Divino Maestro:
-¿Cuár clase de fruta es la que te gusta más que toas?
San Pedro de güena gana hubiera dicho que las ubas; pero por tá quer Señó, que sabía qu'era afisionao ar bino, no juera a secá las parras, ba y piensa: (Le diré que la que má me gusta es lo jigos, a bien que no los pueo bé ni pintaos y naíta me se da que s'achicharren toas las jigueras er mundo.) Y sarta y dise:
-Señó, aonde yegan los jigos no yega na pa mi gusto.
Y le ise er Señó, ísele:
-Pos ya qu'es asina, qu'en dej'ahora haiga un pá e cosechas al año.
San Pedro, e rabia que le dio, se pegó un tirón d'una oreja, isiendo pa su buche: (Hemos jecho un pan com'unas hostias; si l'hubiera dicho que las ubas, habría bino nuebo dos beses al año.) y bea'sté por donde San Pedro tié una oreja más baja que la otra y las jigueras tién dos cosechas al año.

Los cuentos se inician con las fórmulas fijas había una vez, érase una vez, frases que marcan la entrada a un mundo y tiempo irreales, fantásticos. Al final del cuento se vuelve a la realidad con frases como : colorín, colorado el cuento se ha acabado; y el cuento se acabó; y aquí se acabó mi cuento con sal y pimiento y rábano tuerto y mijillas de pan para mañana almorzar; y este cuento se ha acabado y el que no levante el culo se le queda pegado. Y ¡chanfle!

El fonema /ch/ tiende a ser pronunciado con una fricación relajada, algo así como mushasho, al tiempo que se arrastra su articulación. Esta pronunciación ha de evitarse pues la norma andaluza la considera vulgar. Por otro lado, el fonema /ch/ aparece en muchas palabras en las que predomina el carácter expresivo del lenguaje y es muy frecuente en voces de creación popular: changuay, chauchau, chichurroso, chusqueo...

En Andalucía, para indicar que alguien tiene un ojo hinchado, enfermo, medio cerrado se dice que lo tiene chíndigo; aquí lo hemos reducido a chindo, quizás por la aversión que la lengua popular tiene a los esdrújulos.

Sobre chocho y sus derivados sería mejor no hablar, con lo que respetaríamos la pudorosa tendencia de los diccionarios por soslayar sistemáticamente algunas palabras coloquiales referentes a las parte pudendas aunque estén vivas en la calle y, sobre todo, en la cama. Para hablar de este asunto les invito a leer un artículo que publiqué hace unos años y que aclara algunos términos relacionados con el sexo.

"¿No parece un derroche lingüístico el que la lengua nos ofrezca varias palabras para nombrar el mismo concepto? Lo económico sería que cada cosa hubiera un nombre y que cada palabra tuviera un solo significado. Pero no sucede así; los hablantes no cesamos de crear continuamente sinónimos, palabras que tienen el mismo significado, adjudicando nuevos acepciones a palabras preexistentes. Como ejemplo, podemos enumerar las distintas maneras de que disponemos para referirnos al dinero: pasta, tela, parné, guita, plata, mosca...El fenómeno de la sinonimia se da especialmente cuando por pudor no podemos o no debemos nombrar directamente una cosa. Es lo que sucede con los nombres de las partes pudendas del hombre y de la mujer.

La toponimia del sexo es descrita con un rico repertorio de voces que ha ido acumulando la lengua en un gesto púdico de rehuir el nombre directo de la cosa. En esta ocasión nos centramos en la mujer, aclarando que algunos nombres de su íntima anatomía provienen de hermosas leyendas. Es lo que sucede con el clítoris: según una de las más célebres metamorfosis, Zeus se convirtió en hormiga para poseer a la diminuta ninfa Clítoris. Este personaje mitológico es el que da nombre al pequeño apéndice de la anatomía femenina, popularmente conocido por pipa o pepita. En Cuba se le conoce como semilla, lo que confirmaría el origen de la coloquial pipa propuesto por Corominas ya que vendría de pituita, modificada en latín vulgar en pippita, con varios significados, entre otros el de 'semilla de melón'. En cuanto al himen o repliegue membranoso que cubre la vagina virginal, y por eso conocido como virgo, parece ser que deriva de himeneo, canto nupcial llamado así por derivación del nombre propio Hymen, dios griego protector de los recién casados.

Del latín cunnus deriva coño. Evitado en la literatura seria y en la conversación decente, se halla sin embargo en textos satíricos y obscenos de todas las épocas. Muy vivo como exclamación, sufrió toda clase de deformaciones eufemísticas: chiche, conejo, toto, almeja... En América la palabra coño se usa muy poco como palabra exclamativa, lo contrario que en España; de ahí el empleo en Chile como mote aplicado popularmente a los españoles o coños, porque al llegar a tierras americanas seguimos usando allí sin reparo y cada dos por tres esta palabra tan malsonante para los nativos. Sinónimo de coño es chocho, resultado de una comparación muy acertada, pues en repostería los chochos son unos canelones o confites largos con una raja de canela en medio. Del griego sykon procede el ficus latino que en castellano ha dado higo. No puede ser casualidad el que en las tres lenguas (griego, latín y español), al significado de fruto de la higuera se le haya añadido el de vulva. No del todo ajeno al higo es el origen de la higa o gesto obsceno que se hace con el puño cerrado extendiendo los dedos índice y anular, y que sirve tanto para hacer escarnio de una persona presuntamente cornuda como para evitar el mal de ojo.

Tengo mi propia teoría sobre la higa y el gesto pero no me atrevo a relatarla en este lugar. De la voz sicalíptico, cuyo significado es de malicia sexual o picardía erótica, Iribarren dice que nació hacia 1900 de la ignorancia o confusión de un empresario teatral madrileño, que, tratando de dar un adjetivo rimbombante a un espectáculo frívolo, lo calificó de sicalíptico por confusión con apocalíptico. Según Corominas, el que inventó la palabra sabía lo que se decía pues, sicalíptico es un vocablo formado a partir de sikon 'higo' y aleiptikos 'lo que sirve para frotar o excitar'.

sábado, 1 de marzo de 2014

94.- Familias

De entre las fotografías que tengo en mi archivo, hoy he entresacado 14 en las que aparecen grupos familiares. Salvo la que procede de Argentina, ninguna de las fotos es de estudio sino simples instantáneas en las que se ha logrado reunir a los hijos para tener un recuerdo. También andan por las casas la foto familiar que se incorporaba al carné de familia numerosa en la que aparecían los padres con todos hijos menores de edad.

Benede y Carmen (la de Bautista) con tres de sus hijos. Luego tendrían dos más.



Familia de los Correos (faltan algunos: Antonio y Frasquita...) en animada reunión con cerveza Victoria con la foto de la Virgen de Gracia al fondo.
Los que tenemos cierta edad podemos ponerles nombres a todos.

Interesante fotografía de los años 20 del siglo pasado en la que aparece la familia de los Nateras.
La fotografía del fondo es la de Pepe Nateras vestido de soldado)

Francisca (Currita) y Manolo con sus hijos Rafalita, Eloísa, Paquita y Bernabé. Luego nacería Antonia María. El niño de la derecha es José Antonio (Gaona)

Pepe y Pilar (los Pilaritos) y sus hijos


Pepe (Herrador) y Consuelo (de las Manolitas) y sus cuatro hijas: Consuelo, Rosi, Celia y Pepita, con sus parejas, algunos nietos y una abuela. Faltan los tres hijos: Manolo, Luis y Sergio.
El televisor y el anuncio de Garvey sirven de fondo

Juan Ramos Repiso y María López Botello (Los Rabiosos) con sus hijos Juan, María y Josefa, y el abuelo.

Marcos (de Elías) y Felisa

Miguel (Carbonero) y Josefita un día de san Marcos con sus hijos Miguel y Pilar.

Paco Tedoro, Monsalud y sus hijos: Juanita, Susana, Inmaculada, Pepe y Héctor.
Héctor y sus hermanas son los que mantienen viva la tradición de una tahona más que centenaria.

Familia Tallón emigrada a Argentina. Dos hijos y seis hijas.
¿Qué habrá sido de ellos y de su descendencia?


Vidal y María (familia de Vidal) delante del chinero con sus hijos el día de la boda de su hijo Pepe.
Tres varones: Benito, Antonio y Pepe y con su mujer África. Falta Diego porque estaba en Argentina.   Las tres hembras son Ana, María y Rafaela


Frasquita (Pingorota) y Manuel con sus hijas: Josefita, Ana, Manuela y Angélica. Paca aún no había nacido.

Yo, Paco (Pedrines) y mi mujer,  Eloísa (de la Currita) con cinco de nuestros hijos: María Jesús, Mónica, Raquel, Manolo y Eloísa. Francisco vendría después.
De fondo, libros, botijas visigodas y un armario con recuerdos.