lunes, 27 de mayo de 2013

46.- Primera misa

El 28 de mayo del año 1962 celebró su primera misa en el pueblo el sacerdote José Álvarez Curiel, mi hermano. Este acontecimiento que ahora apenas tendría relevancia, hace cincuenta años fue todo un acontecimiento al que asistió todo el pueblo. Recibido en el Cruce de Carreteras como un obispo, escoltado por las autoridades y muchísimos vecinos, la comitiva llegó a la plaza del ayuntamiento donde celebró su primera misa en un altar improvisado pues, por aquellos entonces, la vieja iglesia ya había sido derruida y la nueva aún no se había terminado.
Que se sepa, de Villanueva del Rosario, aunque fuimos más los que iniciamos los estudios en el Seminario, han salido cuatro curas: Antonio Muñoz Sedano, José Álvarez Curiel, José Sánchez Luque y Antonio Aguilera Cabello.
En memoria de aquel día y porque son muchos los que aparecen en las fotografías que entonces se tomaron, he decido publicar esta página que ya forma parte de nuestra Sucipedia.

Las cuatro primeras fotografías corresponden al acto de ordenación como sacerdote, en una ceremonia litúrgica celebrada en el Seminario de Málaga y oficiada por el obispo don Emilio Benavent Escuín. En un momento de la ordenación mi madre le ciñe las manos a Pepe con una cinta.




Al llegar al pueblo, parientes y vecinos saludan al nuevo sacerdote quien, como se ve en la foto, lleva pelada la tonsura o coronilla.

Benede le da un abrazo en presencia de Muñoz Sedano


Las autoridades, el párroco don José María Astorga y familiares y vecinos acompañan al misacantano.









La misa se celebró en la plaza de España, la plaza de abajo.

Yo entonces era seminarista y aquí estoy de pie, a la derecha con el incensario.





La plaza de abajo con el altar, la arboleda y los asistentes

Nuestra madre besa la mano a Pepe. Yo estoy a la izquierda.

Pepe habla desde un balcón de ayuntamiento.
Al final de la ceremonia, Juan Molina, alcalde y padrino de Pepe ofreció una copa de vino en la galería del Grupo Escolar.


José Nateras saluda y felicita al nuevo sacerdote.
Se ven mi hermano Manolo, mi tío Rafael, Pepe Alarcón, el del almacén del trigo..

Aquí estamos Antonio Muñoz Sedano, Pepe y yo en la puerta de doña Enriqueta.



lunes, 20 de mayo de 2013

45.- Anastasio

Anastasio, cuyo nombre completo era Anastasio Párraga Patricio, fue durante décadas uno de los personajes más famosos de Villanueva del Rosario por su condición de autor de las letras de comparsas que  se cantaron en los carnavales entre los años 1929 a 1936. Eran muchas las personas que se sabían la letra y la música de aquellas murgas que salían cada año en los carnavales que luego, durante la dictadura, prácticamente desaparecieron.
De Anastasio sabemos pocas cosas: que era miope, trabajaba de molinero, fue alcalde y que murió en Valencia. En el carnaval de 1929 las mocitas del pueblo, dolidas de cómo Anastasio se metía con ellas y les sacaba una letra al más mínimo descuido, le cataron esta copla.

Anastasio


Anastasio el molinero
es un hombre mu desgraciao,
no ha podido encontrar novia
por muchas vueltas que ha dao.

Las niñas lo rechazaban
porque era un poco miope
y para mayor desdicha
se quedó tuerto de golpe.

El desgraciao miope
no puede ir a al guerra
porque es un artillero flojo
y no se bate donde quiera.

Ahora le ha dao a ese hombre
por criticar a las muchachas
y no se ha fijao el tuerto
que de él sale una comparsa.

Fue alcalde del pueblo desde el 6 de julio de 1932 hasta el 7 de febrero del 37, justo el día en el que entraron los nacionales, pues el 8 de febrero el alcalde ya era José Reguero Molina. No consta que se tomaran represalias contra Anastasio por haber gobernado el pueblo durante la República y los primeros meses de la guerra, tiempo en el que se cometieron numerosos desmanes. Murió en Valencia, en casa de un hermano.
Publiqué en 1982 y 1987 dos librillos en los que recogía las coplas que compusieron Anastasio y Miguel Carneros y en la introducción ya decía que han pasado muchos años desde que fueron compuestas y es posible que su significado pueda escapársenos, sobre todo el de aquellas letras que hablan de anécdotas y personajes que desconocemos.






Las circunstancias sociales y políticas en los tiempos de estos carnavales eran muy diferentes a las actuales. La mayor parte de la gente del pueblo nacía, vivía y moría sin haber traspasado el Puerto de las Pedrizas; las comunicaciones eran escasas y los caminos muy malos. Los comentarios y habladurías se basaban en los pequeños acontecimientos que sucedían en el pueblo, y de pequeños hechos como los que Anastasio y Miguel Carneros contaban en sus coplas está hecha la historia de nuestro pueblo.
En los carnavales de 1929 salió la comparsa de Los Bomberos, cuyos componentes los enumera Anastasio a golpe de apodo. Desgraciadamente no tenemos fotografía del grupo pero algunos nombres nos suenan.



Componentes de la comparsa del carnaval de 1934

Somos trece murguistas
de todas castas:
un Pepito Rabioso
y una Canasta.

Vienen tres Esparragueras,
también dos Embotellados
y un comerciante de telas
más limpio que un excusado.

Y este don Pedro se cría
en un jardín Toledano
y aquí está su señoría
más seco que un ajo vano.

Y este maestro de escuela
siempre esmayao
y tres con más remiendos
que Remendao.


Uno de los temas imprescindibles en cualquier carnaval que se precie es el de la crítica política. Anastasio compuso varias coplas con este tema, pero he querido escoger la que sigue pues, además de tener empaque poético, profetiza en 1929 el trágico conflicto civil que habría de cubrir de luto las tierras y los pueblos de España.

Tendrá que ser memorable
el mil novecientos treinta,
se ven por el horizonte
muchos rumbos de tormenta.

Las estrellas y los luceros
están luchando a porfía,
ya se acerca la hecatombe
que anuncian las profecías.

Se siente un tronar lejano,
ya se acerca el huracán,
llevémonos como hermanos
si nos queremos salvar.

España, Patria querida,
no abrigues más temores;
cuenta con estos bomberos
que serán tus defensores.


Pero la base y la gracia de aquellas letras eran el comentario jocoso y humorístico de los pequeños percances sucedidos durante el año en el pueblo y que alimentaban las tertulias, los corrillos y las comidillas de hombres y mujeres.
He aquí la que le sacó a un brosqueño.

En el Brosque hay un herrero
que está muy acreditado
porque trabaja muy bien
y a la gente le ha gustado.

Mira si trabaja bien
en toda clase de hierro
que una perra que tenía
la pegó con otro perro.


O esta que le sucedió a Lucas el Recobero.

Voy a contarles, señores,
un chapú que le pasó
a Lucas el Recobero
con un borrico capón.

El el Hoyo de Alemanes
ató el borrico a un cercao
y se fue en buscas de etas
por todos aquellos praos.

El borrico se soltó
y tiró para el Sauceo,
los huevos se los quebró
y tiró hasta el aparejo.

Lucas decía furioso:
"Virgen Santa del Carmelo,
aunque pierda la quincalla,
que no me quiebre los huevos".


¿Quién sería este Añón, un tabernero al que una criada ligera de cascos le buscó la ruina?

Añón tenía una criada
que la trajo de Archidona,
más decente que la Jara
y más lista que Cardona.

La muchacha estaba siempre
abajo en la cocinilla
y el primero que bajaba
le atizaba la hornilla.

Pero Aurelio el de Patarra,
ese fue el más desgraciado,
bajó a probar la meloja
y Añón lo pilló en el ajo.

Echó a la calle a los dos
y se quedó sin la moza
y esa fue su perdición
que se quedó sin parroquia.


Al quedarse sin clientela en la taberna, el pobre Añón tuvo que cerrar el negocio y subastar sus pertenencias: un verdadero desastre. Lo compara con el desastre militar de 'Monte Ruiz', es decir, Monte Arruit en Marruecos donde en 1921 murieron 13.000 españoles a manos de los rifeños.

Anastasio puso letra a la subasta de Añón.

La subasta de Añón
dio que decir,
aquello fue el desastre
Monte Ruiz.

El caldero de fregar
lo subastaron primero,
se lo llevó en dos reales
Dieguito del Estanquero.

Cristobilla se llevó
docena y media de sillas;
la escoba y el reondel
lo vendió por dos perrilas.

El estante y dos mesas
y el mostrador
se lo llevó Antoñito
a cambio de arroz.

También probó la torta
Pepe el de Marcos,
se llevó maquinillas,
vasos y platos.

Se llevó la cafetera,
el anafe y un cajón,
las tenazas y un cacillo
para hacer el almidón.

Entre todos le dejaron
la casa para encalar;
dos carbones que quedaron
se los llevó Julián.

Y Miguelillo Gazpirre
se llevó sin arrodeos
un barril de dos arrobas
que era del pobre Seisdeos.

Se pusieron a subastar
la escupidera
pero no hubo valiente
que la quisiera.

La casa se alquiló
por ocho duros
hasta que viniera
Pepe el Maúro.


Y las coplas picantes, que eran la salsa de las comparsas. He aquí dos ejemplos.

1
Se ha descubierto una mina
en las eras de Porrete,
trabajan muchos mineros
en aquel dulce boquete.

Empicados a la torta
se ven subir los mozuelos,
los viudos y casados
y algunos de los bomberos.

Hace ya unos cuantos días
se ha suspendido el trabajo,
está en peligro la mina,
nos vaya a pillar debajo.

Cuando haya seguridad
trabajaremos por horas
y allí a la punta saldrá
algún quesito de bola.


2
Toda la niña que esté
metida en enamoramiento
le deseamos que escuche
siquiera por un momento:
que no hable con el novio
por ventana ni corrales
porque todo hombre lleva
la intención del cazador,
de darle un tiro al conejo
y si se descuida, dos.


viernes, 17 de mayo de 2013

44. Vocabulario 6



Con esta sexta entrega damos fin a las palabras, giros y expresiones de nuestra manera de hablar que empiezan por la letra A.
Los que quieran indagar algo más sobre este asunto de las palabras pueden recurrir a mi Vocabulario popular andaluz, publicado en 1991 por la editorial Arguval de Málaga, del que se han hecho hasta la fecha varias ediciones.




Vocabulario 6


arrimársela. Engañar, dar el pego a alguien."En esta compra yo creo que nos la han arrimao".
arrodearse. Arrodeársele a uno mal las cosas: resultar mal algún asunto o negocio. "Yo no sé cómo se le han arrodeao las cosas que tenía un capital y ahora está en la ruina".
asaúra. Individuo avieso, con malas intenciones.
asaúras. Tener malas asaúras: ser de mala condición.
asolanao. Atontado, nervioso por culpa del viento solano, que suele correr durante muchos días seguidos.
atacarse. Remeterse la camisa bajo el pantalón. "Antes de salir, atácate".
atajarse. Emborracharse. Coger una tajá.
atarragar. Andar o hacer algo con dificultad. "Como se ha puesto más gordo sube las cuestas atarragando".
aterminao. Aterevido, osado, que no se arredra ante la dificultad o el peligro. "Este es mu aterminao pa los negocios".
aterrizar. Caer de bruces y a todo lo largo. "Salió por lo alto del manillar y aterrizó en unos cardos borriqueros".
atestarse. Empecinarse, apalancarse. "Se atestó en un precio y no hubo quien lo bajara del burro".
atiborrao. Lleno, abarrotado.
atiborrarse. Llenarse, hartarse. "Se ha puesto malo porque se ha atiborrao de requesones".
atomatao. Atontado, confuso, indeciso.
a to meté. A todo meter, deprisa, sin descanso. "Se subió a la higuera y comenzó a comer higos a to meté".
atracao. Pesado, insistente.
atusar. Ver con dificultad. Mirar algo de cerca y fijándose mucho.
avareón. Varejón. Palo largo que se utiliza para varear las aceitunas que están en los cogollos. Golpe fuerte que se le da al olivo. "Con otro avareón que le des no dejas ni una".
avallenas. Cacahuete. Las avellanas se denominan 'avellanas americanas'.
avenate. Arrebato, ataque de locura. Repente, pronto.
aventao. Loco.
aventestate. Descubierto, sin medidas de seguridad, con las ventanas y puertas abiertas. "Un día de estos te van a robar porque tienes las casa aventestate".
aviá. Se dice de la comida caliente, de cuchara. La comida en frío es a pulso. "Yo, de noche, quiero una comida aviá; no me gustan los bocadillos".
azotea. La cabeza.
azucarina. Sacarina
azulejo. Azulillo. Polvos azules que, metidos en una bolsa, se utilizaban para azulear la ropa al lavarla.



domingo, 12 de mayo de 2013

43.- De copas

Queridos globeros y globeras seguidores del Murre y de la Sucipedia: como en las estadísticas que tengo delante me hablan a las claras de que lo que el personal prefiere son las fotos, he aquí otra sesión gráfica, en este caso, de copas.
No hay foto triste, y las que en su día se hicieron en una taberna (prefiero esta palabra a 'bar', que es  muy corta y, además, inglesa) del pueblo con  el personal en su punto, son la viva imagen del estar bien o del bienestar.

Guía para una correcta interpretación de lo que estas imágenes transmiten.
1. Hasta principios de los años sesenta, la taberna era territorio de hombres.
2. Se bebía: por la mañana, aguardiente, y al medio día y por la noche, vino blanco y cerveza. En aquellos tiempos de penuria y de hambruna, las tapas eran el complemento imprescindible de la copa.
3. Las bebidas destiladas (güisqui, ron, ginebra) se conocerían mucho más tarde.
4. El tabernero, como se ve en algunas fotografías, participa activamente en la tarea de beber dando ejemplo con una copa en la mano.
5. Cuando la mujer se decide a entrar en el 'bar', las cosas cambian y las tapas desaparecen por arte de magia en cuanto llegan a la mesa.

Imagen de convivencia y conbebencia.
De izquierda a derecha sentados: Servando Repiso Salazar, su hermano Pepe, Menchoro y Pepe Nateras.
El abuelete de la gorra y camisa blanca que levanta  la mano, es el padre de Esperanza la Nava.. El hombre de atrás, tdo de blanco, no sé el nombre pero recuerdo que tenía los ojos azules, como un galán de cine.

Magnífica foto en la que salen todos, clientes y tabernero.
Por sus apodos nombro a Alpargatas, Topete, Ricardo, Partiche, Cascalo, Atroje, Mateo, Ramón Corrales...
Abajo, sentado en el suelo y con una sonrisa velazqueña, está Vistahermosa.


Señalado con una cruz está mi padre, rodeado de asiduos clientes como Manolillo el Gitano, Paíles...


Enrique el electricista, a la izquierda, mira cómo Pepe Herrero, con brazalete de luto, atiende a un Melón que al parecer inicia un cante. En primer plano, un plato de boquerones fritos y botellas de cerveza y vino.

En el bar del Barquillero, con Pepe y su padre en el centro. Baltasar tiene en sus pierna a la Dulce.
A la izquierda, Pepe Trescuartas, con el cigarro en la boca, hace amago de servir una copa.
De izquierda a derecha distingo a un Laña, Los de Pedro Lara, Paíles padre, Inocencio Trabuqueño, Luis Lara, El Rufo

En el bar de Alpargatas.
Bartolo, Gutiérrez, Paíles, Manolo Alpargatas, Julio del Tardón...

En el bar del Barquillero, Juan José Tallón y otros clientes, beben y se sirven detrás de la barra.
El niño del centro es Antonio

Cándido Porras, Frasquito Huevos, Manolito la Rubia. Pepe y su padre sirven las copas.

Paco Marquitos y Pérez se arrancan por bulerías en el bar de Marquitos.

Mi padre, en el centro y a la puerta de su taberna, promocionando con el ejemplo un vino de Montilla.

Reunión de mocitas (sólo yo, al fondo, desentono) en las que de manera ordenada dan cuenta de tapas y cerveza.
Desde la izquierda, Fátima, Elisa, Anita Félix, Eloísa Cano, Eloísa, Rosarito, Rafalita, Maricarmen...
Abajo, casi oculta, Antonia María.

Jolgorio y cada uno a lo suyo.
García, Adolfo, Antoñito, Armando, Héctor, Charo Pizarra, su padre, Marcela, Botello el taxista

Un día de san Marcos, en la Venta de la Yedra.
Manolo Marquitos, Perche, Domínica, Sergia, Mari Cebollas, Lola, mi hermano Pedro...

En la galería del Grupo Escolar durante una de las recepciones que daba el Ayuntamiento
con motivo de la inauguración de alguna cosa.
Paco Gregorito, Antonio Barquillero, Mari Electricista, Auxiliadora, Pepa Guiñarra, Rosalíadel cine, Manolo Cuartío...



En un patio, el personal se divierte sin apenas hacer caso al fotógrafo.


viernes, 3 de mayo de 2013

42.- Una tarde de toros

Era el 9 de octubre del año 1966, el último día de la Fiesta del Rosario. Ya por la mañana se barruntaban las ganas de juerga y los bares del Barquillero, Alpargatas, la Fonda y Rafalito eran un hervidero. A las dos de la tarde los cuerpos de los feriantes estaban en su punto etílico; los diestros, Chicón, Pepe Follones, Juanito el Chato y Manolo Minuto ya se habían endosado los trajes de luces y animaban a la afición brindando pases de pecho y de salón por las esquinas entre el aplauso del respetable.
De lo acontecido aquel día, Antonio Rama hizo un magnífico reportaje del que aquí mostramos 22 fotografías agrupadas en 5 secuencias: la banda de música, el paseo de los diestros por las calles del pueblo,  la intendencia y equipo médico, el paseíllo en la plaza de toros del Matadero, y la faena torera en sí, en la que tenemos que agradecer la especial colaboración de un novillo blanqui-negro que, como se verá, la tomó con Chicón.

La banda de Música

No había banda de música ni músicos que supieran tocar, pero eso esa tarde no constituía ningún problema pues alguien había descubierto el escondite donde se guardaban los pitos de la disuelta banda municipal y, como en un asalto a la Bastilla, una panda de presuntos músicos se hizo con los instrumentos que se repartieron por riguroso orden de llegada. Lástima que las fotografías no tengan banda sonora: fue algo apoteósico, entre concierto de música moderna y cencerrazo monumental, seguido y aplaudido por un público entregado, Las caras de la gente lo dicen todo.
Juanillo el Leonato, el director, llevaba la batuta en la diestra y caminaba enfundado en un chaqué de camionero, con una  pantalón a modo de corbata, bigote rotundo, gafas de alambre y gorra de niño marinero. El resto de los maestros músicos iban de riguroso uniforme y en la cabeza un tocado variopinto: boina, gorra, mascota, la gorra de un municipal, el sombrero de un cura...












Los toreros

En principio los diestros eran tres: Pepe Chicón, Pepe Follones y Manolo Minuto; luego se agregó un maletilla, Juanito el Chato, a quien, como a  Manolo, en cuanto salió el novillo al ruedo se le perdió el rastro.
En esta primera imagen de los maestros, tomada a la entrada de los Adoquines viniendo de la Linde, además de la indumentaria y el inequívoco porte torero de los diestros, deben fijarse en cómo la madre de Pepe, sonriente y orgullosa de los triunfos de su hijo, lo lleva cogido del brazo, rodeada de sus amigas y vecinas. En la pared, una cartelera anuncia la película que esa noche se proyectará en el cine de Onofre.








La intendencia

Un desinteresado grupo de muletillas y aficionados acompañaba a la comitiva de músicos y toreros portando suministros de primera necesidad (tabaco, fuego, agua en botijo)  junto con abundantes dosis de suero intragástrico, vino de Montilla, que era administrado directamente desde los envases esterilizados a fuerza de chupetones.





El paseíllo

Ya en la plaza de toros del Matadero, lo primero fue el paseíllo, el saludo al alcalde, los aplausos del público y a ver qué salía por la puerta de toriles. Al único que se le ve actuando en este requisito previo es al maestro Chicón, el gran protagonista de la tarde. Humberto Mérida filma el acontecimiento con una cámara de super 8.





La faena

Desde los primeros lances de la tarde, así como en este toreo al alimón, al toro se le ve la querencia por el diestro de la izquierda, de espaldas, tranquilo, con traje de yudo, cinturón negro, bigote postizo y sombrero cordobés.


En la segunda foto de la faena, el astado ya ha tomado una decisión: se olvida de los que deambulan por el ruedo con muletas y capotes y se va derecho hacia su víctima, a la que no le había quitado ojo en toda la tarde. Hay que destacar cómo los que están asomados a la barrera, casi rota por la curiosidad de ver a Chicón caído en el suelo, ya están cascados de risa por lo que va a pasar. Un detalle: desde esta perspectiva, los huevos del toro imponen más respeto que la cornamenta.


El toro, llegado a su destino, patea, hocica y cornea al pobre Chicón hasta que alguien le tira del rabo para que cese en su feroz ataque. A la derecha, aunque no se ve, allí está Pepe Follones sujetando a los que intentaban socorrer al caído y gritando: "¡Dejadlo que fogue! ¡Dejadlo que fogue! Ya se hartará."


Cuando el toro se hartó, a duras penas Chicón intenta recuperar la verticalidad. Hay que destacar el temple y la habilidad del diestro para que en ningún momento del percance se le cayera de la cabeza el sombrero cordobés.


Un tractor arrastra al toro, seguido de lo que queda de Chicón y algunos restos de la banda de música.