domingo, 31 de marzo de 2013

37.- Corpus Cristi


Aunque todavía se sigue celebrando la procesión del Corpus, esta festividad religiosa ha perdido en nuestro pueblo mucho de su antiguo esplendor y no responde ya a lo que esta cuarteta recordaba:

Hay tres jueves en el año
que relucen más que el sol:
Jueves Santo, Corpus Cristi
y el día de la Ascensión.

Mientras que en la cercana localidad de Casabermeja, por ejemplo, la festividad y procesión del Corpus mantiene su antiguo vigor y las calles se engalanan como antiguamente, entre nosotros hace años que se perdió la costumbre.
La mañana del Día del Señor, los vecinos de las calles por donde pasaba la custodia traían del campo gayombas y flores con las que adornaban y perfumaban las aceras, y algunas familias tenían la costumbre de montar en las puertas de sus casas altares con macetas, floreros e imágenes. Las mujeres adornaban sus balcones y ventanas con las colchas de ganchillo o bordadas, de los patios sacaban a las aceras macetas y en las puertas ponían los relucientes peroles de cobre.
El sacerdote salía de la iglesia bajo un palio que portaban seis hombres y escoltado por una pareja de la guardia civil; detrás iban las autoridades del pueblo: el alcalde, el juez de paz y el comandante del puesto. Los niños y niñas que habían hecho la primera comunión unas semanas antes, volvían a ponerse los vestidos y las galas, y acompañaban el cortejo arrojando pétalos de flores al paso de la procesión.
Al llegar a los distintos altares, el sacerdote colocaba la custodia sobre el mantel, con el incensario perfumaba varias veces el aire y terminaba la parada dando la bendición a los fieles que se arrodillaban en la calle.
Como el día del Corpus siempre caía en un jueves de finales de la primavera, solía hacer un tiempo espléndido y, como era festivo, después de la procesión las familias y parejas daban un paseo por las calles y por la Linde, antes de entrar en algún bar donde sentarse y tomarse una copa.

Año 1957


Corpus 1960

Año 1960. Calle 1º de mayo, antes Queipo De Llano.


Calle Posadas


Calle Fuente



Año 1960


Año 1973




Rosarito, Horacia, Rafalita, Anita, Pepa...
El niño es Marcos de la Rafaela

Mari, la hija de Araceli Perota y de Pepe Solano



Creo que es Juan Colón y su hermana

Este altar lo hizo en su puerta Paquita Rico el 28 de mayo del año 1959 en acción de gracia
porque su hija Ana (la mujer de Zapico) había terminado la carrera de Magisterio.



miércoles, 27 de marzo de 2013

36.- Inauguración Caja de Ahorros

Mientras veíamos cómo en las películas del Oeste que nos ponían los sábados por la tarde en el cine España, por muy cutre que fuera el poblado donde se desarrollaban los hechos, había siempre un banco al que de vez en cuando atracaban, aquí, en Villanueva del Rosario, un siglo más tarde, no teníamos ni banco ni caja de ahorros ni lugar decente donde guardar nuestros capitales. La razón de que no dispusiéramos de una entidad bancaria no era por miedo a que la robaran; es que no había mucho dinero en circulación; el poco de que disponía el común de la gente lo guardaban los hombres en la cartera o los niños en las alcancías.
Pero cuando la modernidad dice aquí estoy yo, no hay quien la pare. Así, unos cuantos riquillos, el alcalde y hasta el cura hicieron fuerza al Monte de Piedad y Caja de Ahorros y Préstamos de Antequera para que abriera una sucursal en la mejor y más concurrida calle del Saucedo; los Adoquines.
En 1956, cuando se abrió la sucursal, el movimiento de recibos y de dineros era más bien escaso, teniendo en cuenta que los recibos de la luz los cobraban casa por casa, vecinos que tuvieran teléfono eran veinticuatro, los viejos no cobraban pensión, los maestros y guardias civiles tenían que cobrar sus pagas en Málaga donde un habilitado se la entregaba en un sobre, el agua era gratis aunque había que traerla en cántaros desde la fuente, el total de vehículos matriculados eran cinco y entonces no se pagaba ni sello ni seguro... Total, de pagos domiciliados, nada. La caja de ahorros estaba para que la gente pudiera ir guardando sus escasos ahorros y así poder dormir tranquilos. El lío y el negocio, que nos ha llevado a donde estamos, comenzó cuando unos cuantos ilusos empezamos a pedir préstamos, que devolvíamos a un interés del 24% y además agradecidos con la entidad por prestarnos nuestro dinero.
Después de setenta años de ser inaugurada, algún día alguien debiera contar los numerosos avatares por los que han pasado nuestra sucursal, sus directores, clientes y usuarios. Pero esa es otra historia.


Albañiles del pueblo (Antonio el Rubio, Pérez) y de Antequera poniendo
el mármol al mostrador de la Caja de Ahorros




Aspecto de la fachada de la caja de ahorros cuando fue inaugurada en 1956


Don José María Astorga, hisopo en mano, bendice los locales de la entidad en presencia de José García Berdoy, Manuel Muriel, José Nateras, Antonio Cano, Diego Navas...
Los monaguillos éramos dos: José Miguel (el del abrigo) y yo (el del jersey heredado de mi hermano Manolo). A la derecha el teléfono, el no va más de la modernidad que se nos vino encima.


Aquí estamos José Miguel, Juanito y yo escoltando a las autoridades.
Yo me pongo la mano en la cabeza como diciendo ¿esto qué es?

Las bellezas locales ponen su toque femenino al acto de inauguración.
Los monaguillos, José Miguel y yo estábamos siempre en todos estos fregados.



El párroco, bendiciendo las oficinas a diestro y siniestro.


Después del la inauguración hubo un refrigerio en la galería del grupo escolar al que asistieron las autoridades locales, los dirigentes de la Caja de Ahorros de Antequera y algunos invitados.

En el convite ya no estábamos los monaguillos.
Se celebró en la galería de abajo del Grupo Escolar.
Era el local más grande del pueblo.






Cartilla de ahorros donde anotaban a mano el Debe y el Haber.

Después de la Caja de Ahorros de Antequera, en el pueblo se instalaron la Caja de Ahorros de Ronda, la Caja Rural y la Caja Postal.

viernes, 22 de marzo de 2013

35.- Vistas del pueblo

Un día de verano del año 1974, hace ya muchos años, Pepe Repiso y yo cogimos la máquina de fotos, le pusimos un carrete de diapositivas y nos pusimos a retratar los edificios más emblemáticos del pueblo, los lugares interesantes y algunas vistas desde el Cerro Bastián. Como yo estaba por aquellos entonces de maestro en la escuela, utilicé las diapositivas para explicar a los alumnos la unidad didáctica en la que se habla del municipio, de los servicios públicos, del mercado, las comunicaciones, correos, teléfono…
Repasando las cajas donde guardo montones de fotografías, he dado con aquellas diapositivas, les cambié el formato y aquí las pongo para volver a ver escenas de nuestro pueblo una vez pasadas cinco décadas.
Ya se habían demolido edificios singulares, como la iglesia y la casa grande, y buena parte de las nuevas viviendas habían perdido el encanto de la pared encalada, la cenefa azul a ras del suelo y las rejas con macetas. No obstante, en algunas casas del centro se conservaban todavía lugares y rincones con el toque de la vivienda tradicional.
Lo que sí lamentamos es la pérdida y deterioro de algunas zonas arboladas y ajardinadas que por entonces daban al pueblo un encanto del que ahora carece. También se han demolido aquellos esbeltos arcos que había mandado hacer Rafalito Julián cuando era alcalde, y que nadie se procuró en reponer; todavía aparecen estos arcos como imagen del pueblo en los prospectos publicitarios



Cementerio

Ayuntamiento

Central de teléfono público

Sauce junto al Gripo Escolar

Jardín de La Linde

Correos

El pueblo desde el Cerro Bastián

Mercado

Grupo Escolar y Linde

Arcos en pasajes

La Linde

Orujera

Iglesia nueva

Fuente Vieja

Puente del Arroyo de la Canaleja

Vista desde el cerro

El Bacalao

Cuartel

Eras de la Fuente Vieja

Puente del Arroyo

Ventana con reja y geranios

Fuente en calle Iglesia

Arco junto al mercado

Plazoleta de los muertos

Espejo y arcos

Fuente de la Yedra

Casa del reloj

Fuente