1. El sombrillero
Jaime García Corrales me envió a principios de 2018 este correo:
"Hace unos cuantos días casualmente fue a para a mis manos una fotografía, la cual te adjunto, que me hizo retroceder en el tiempo hasta mi niñez. Se trata de 'Paco el de las tejas' o también conocido como 'el sombrillero', aquel que nos visitaba los inviernos y que anunciaba su presencia tocando unos trozos de tejas en forma de castañuelas para ofrecer sus servicios como reparador de sombrillas"
Jaime me aclara que al parecer este hombre era vecino de Villanueva de Algaidas y que, curiosamente sus visitas anuales coincidían casi siempre con el inicio de una temporada larga de lluvia, las célebres 'chamás' que ahora desgraciadamente han dejado de visitarnos. Era uno más de los trabajadores ambulantes que se ganaban la vida yendo de pueblo en pueblo, casi siempre a pie, ejerciendo diversos oficios o vendiendo sus mercancías: afilador, sillero, latero, el que vendía los pollos de la pata gorda, los antiguos arrieros, sombrerero, trapero, ditero...
En la foto, a Paco el de las sobrillas se le ve con el atuendo habitual de cuando venía al pueblo: boina, pelliza, los trozos de cerámica en la mano a los que hacía sonar como unas castañuelas y un manojo de sombrillas bajo el brazo. Ahora nadie repara los paraguas (antes se decía siempre sombrilla) porque son baratos y los chinos los tienen a montones; eso sí, duran poco pues son de mala calidad. Los paraguas antiguos eran caros y no todo el mundo se podía permitir tener uno en casa y si se averiaba había que arreglarlo. Eran de tela negra recia y resistente, las varillas de hierro y el mango de buena madera. La ruina de los de este oficio comenzó a mediados del siglo pasado cuando se puso de moda ir a Ceuta a comprar relojes, radios y cómo no paraguas porque allí todo era más barato al estar libre de impuestos. A los peninsulares que iban a Ceuta o a Melilla llegaron a llamarlos los 'paraguayos' porque, además de comprar tabaco, relojes o transistores, todos volvían con un paraguas bajo el brazo.
Un último comentario sobre este hombre que fue tan conocido en el pueblo hace ya más cincuenta años; aquí le dimos el sobrenombre de Luis Aguilé pues, además de cantar por las calles medianamente bien, tenía en su físico y en su cara un gran parecido con aquel célebre cantante y presentador argentino.
Los mismos y una hija de Bautista Caro, vestida de negro y cuyo nombre ahora mismo no recuerdo. |
Esta foto se hizo frente a las Delicias. Están Rosario Salazar haciendo un jersey de punto, Trini Caro, Gertrudis, Trini Salazar... |
En la foto anterior aparece la sombra del fotógrafo que retrata al grupo de mujeres que posan sentadas en la hierba del borde de la carretera. Y habréis comprobado que en su cabeza se dibuja la inconfundible silueta del tricornio de un guardia civil.
Hablemos de guardias civiles.
3. Guardias civiles
Una vez declarado por el gobierno de Franco el final de la guerra civil, en muchos lugares de España continuó una guerra de guerrillas contra el régimen militar y en defensa de la República. Eran los maquis, soldados del ejército republicano que se quedaron para continuar su lucha y que en el pueblo eran conocidos como 'los tíos de la sierra'.
El abrupto terreno de la sierra, la abundancia de cuevas y la existencia de cortijos alejados del pueblo y con caminos imposibles, favorecieron que estos guerrilleros resistieran durante una década los envites del ejército y de la guardia civil. Nuestro pueblo estaba situado en un enclave crucial de aquel enfrentamiento, liderado y coordinado en Andalucía por Roberto y capitaneado en la sierra por un tal Candiles. No me extiendo en detalles sobre los maquis, pues es materias sobre la que hay información sobrada en las redes sociales.
Para acabar con los guerrilleros que había en nuestra comarca, hacia 1940 las autoridades de Madrid enviaron al pueblo un destacamento de guardias civiles que apoyaría a los miembros de la comandancia local. Así fue como un día llegaron al pueblo, subidos en el cajón de un camión, un nutrido grupo de guardias civiles jóvenes pues ninguno de ellos superaba los veinte años. Si podemos, en alguna entrada de este MURRE hablaremos de algunos de los episodios que durante esta post-guerra civil sucedieron en nuestro pueblo y en sus entornos.
El caso es (y aquí es donde aparecen las fotos) que algunos de estos guardias civiles casi adolescentes pretendieron a jóvenes y casi adolescentes saucedeñas, Se formaron parejas de novios que paseaban por la carretera y al final terminaron como protagonistas de felices matrimonios. Tres de estas parejas fueron las formadas por Ricardo Martín y Rosario Salazar la Juaíca, Juan Martín y Águeda la del Nutrio, Antonio García e Irene de Porras. Con el tiempo los guardias civiles fueron destinados a distintos cuarteles y algunos, como Ricardo y Antonio, terminaron viviendo en Madrid.
Os muestro fotos de Ricardo Martín y Rosario Salazar tomadas durante estos paseos por la carretera.
El guardia de la izquierda me parece que es un Cano, hermano de Juan, Dionisio... |
Fotografía de boda de Rosario y Ricardo |