El saludo es el rito más eficaz y más barato que tenemos los humanos para mantener y afirmar la cohesión entre los miembros de una comunidad. Cuando la convivencia entre dos personas se rompe, la fórmula más convincente de marcar ese distanciamiento es negar el saludo. Si un amigo, familiar o conocido pasa por tu lado, te ve, aparta la vista y no dice nada ni hace ningún gesto que suponga un saludo, malagueña. Algo ha pasado.
Saludo y salud son dos palabras que tienen la misma raíz y el mismo origen latino, salutem 'estado en el que el organismo ejerce normalmente todas sus funciones'. La salud, antes que el amor y el dinero, constituye el principal pilar del bienestar humano. En el saludo, después de unas fórmulas protocolarias, lo primero por lo que se pregunta es por la salud.
Los niños y los jóvenes no se preguntan por la salud: les rebosa. Pero cuando llegamos a cierta edad, o mejor dicho, a una edad que comienza a ser incierta, las personas nos preguntamos por la salud con pertinaz insistencia. Y ese interés por la salud abarca a toda la familia: ¿y tú cómo estás? ¿tu madre está ya bien de la operación? ¿le han dado ya el alta a tu tía? Pos yo este año no me vacuno...
A mediados del pasado siglo una mujer del pueblo tuvo que ir a Málaga por algo necesario; era la primera vez que salía del pueblo. Por aquellos entonces ir a Antequera o a Málaga sólo se hacía por alguna necesidad urgente. El caso es que cuando la mujer se bajó de la alsina de Casado que la había llevado a la capital, venía escandalizada. "En Málaga está todo el mundo peleado", dijo acalorada. "La gente se cruza por la calle y nadie se saluda."
El caso contrario es el de una malagueña que vino al pueblo y concluyó que aquí todo el mundo estaba malo porque, cuando la gente se cruzaba en la calle, no hacía más que preguntarse por la familia y que unos estaban mejores, otros peores, alguno muerto y así todos los días y en todas partes.
Resulta que la salud de una persona puede ser buena, mala o regular, y también resulta que en función de nuestro estado de salud, los andares pueden ser buenos, regulares o malos. Cuando el estado de salud es malo, el enfermo no puede andar o anda malamente o simplemente se cae. La palabra 'enfermo' proviene del latín in firmus, literalmente 'no firme'. Dime cómo andas y te diré cómo estás de salud. Por eso la gente, para preguntarse por la salud dice ¿Y tú cómo andas?
Con la edad, nuestra forma de andar cambia, generalmente a peor, y para no caernos usamos artilugios que nos sirven de apoyo: bastón o alcayata, muleta, carrito o silla de ruedas. El mejor apoyo para alguien que no anda bien y teme caerse, es una persona que nos acompañe a la que cogemos del brazo y con la que nos sentimos más seguros. Somos viejos cuando al andar, miramos al suelo y tenemos cuidado de dónde ponemos los pies. Lo peor que le puede pasar a una persona mayor es caerse.
Os cuento una historia que había en el libro en el que aprendí a leer. Es la leyenda de la esfinge y la adivinanza.




