El quince de agosto de cada año nos reunimos un grupo de matrimonios formados por amigos y amigas que éramos jóvenes en los años sesenta del pasado siglo.
La primera reunión la hicimos el 15 de agosto del año 1995. Esta fecha ha pasado a los anales del pueblo, no porque nos hubiéramos reunido por primera vez, sino por la tremenda tormenta que descargó aquella tarde. El agua bajó por cañadas y arroyos inundando buena parte del pueblo. La riada desbordó la Cañá de la Rata, se llevó sacos de garbanzos de la casa de Muriel, hizo rebalsa en calle Peligro, arrastró coches hasta el puente del arroyo y llenó de barro y piedras muchas casas. Lástima que no tengamos fotos de todo aquello. Como tampoco había móviles...
La tormenta fue por la tarde. Nosotros habíamos quedado para comer a medio día en el restaurante de la piscina recién inaugurada, pero antes subimos al cementerio para llevarle un ramos de flores a la tumba de Juanito el Rubio, uno de los amigos fieles de la pandilla que nos había dejado no hacía mucho tiempo.
Estábamos terminando de comer cuando vimos cómo la sierra y el Puerto de las Pedrizas se iba cubriendo de un nubarrón, negro, amenazante y que no presagiaba nada bueno. Salimos pitando y las siete u ocho parejas vinimos a refugiarnos a mi casa donde estábamos tomando un café cuando la tormenta se desencadenó. Fue de pronto, con rayos y truenos y la plaza de la iglesia, que era lo que veíamos por la ventana, se convirtió en una laguna. Uno de los líos, y nosotros sin enterarnos, estaba detrás de mi casa: el caño que pasa por debajo de la casa de la Gracia se había atrancado, hizo rebalsa, la fuerza del agua rompió la cochera y por poco se ahoga el padre de Juan Antonio el de la Herenia, quien estaba en su casa de calle Peligro con el agua por la cintura y sin poder salir. Anita Félix cogió el teléfono para decir a su familia dónde estaba cuando un rayo cayó muy cerca, se metería por el cable el caso es que a Anita se le electrificaron los pelos y se le pusieron de punta. Toda una aventura.
Volvimos a reunirnos en 1996 y, durante varios años, estos encuentros de amigos los celebramos en Villa H. Pepe Repiso se encargó de hacernos algunas fotos que aquí os muestro. Ahora nos vemos cada 15 de agosto en nuestra piscina. Ya van faltando algunos (Cele, Juan José, José Antonio, Juan García...), y los echamos de menos cada vez que nos juntamos.
En esta fotos estamos, hace casi treinta años, comiendo, bañándonos, bailando y hasta haciendo el payaso vestidos de gitana.