Obras son amores... y hay amores que matan. (Esto lo escribía yo en octubre del 18)
Ya han comenzado las obras en la plaza de la Iglesia, ahora llamada también de la Constitución y a la que de chicos llamábamos la plaza 'de arriba' para distinguirla de la plaza 'de abajo', la del Ayuntamiento, la plaza de Chicón, cuyo verdadero nombre es plaza de España.
¿Y a quién se le ocurre iniciar una obra tan grande en un sitio tan concurrido en plena época de lluvia? El caso es que a nadie le venía bien ninguna fecha para poner la plaza patas arriba: que si la Semana Santa era mal momento, que si las comuniones y las niñas con sus vestidos blancos, que si la feria de agosto y su romería, que si el Día de la Virgen y la procesión...
Una mañana apareció por la esquina de la pescadería una enorme máquina excavadora y arrambló con árboles, escaleras, fuente, farola y 400 metros cuadrados de solería, con un total de 1350 baldosas de granito pulimentado 60x40x1.5 centímetros cuyo precio en el mercado oscila entre los 12 y los 20 euros por pieza. Eso sí, se han respetado las poyatas, que son el emblema y los asientos de esta céntrica plaza.
La plaza de la iglesia es el centro del casco antiguo, un espacio en el que desembocan cuatro calles y media, y al que a lo largo del año acuden muchas personas ya sea por misa, bautizo, procesión, boda o entierro, así como visitantes forasteros que vienen buscando lo más típico del lugar. La verdad es que cada vez que se arregla una calle los vecinos sufren las consecuencias e incomodidades, y al que le toca, le toca (quejarse). Todas las obras son un engorro, pero se da la circunstancia de que quienes acuden al Hogar del Jubilado son todas personas mayores y de que la media de edad de los que vivimos alrededor de la plaza ronda los ochenta años.
No podemos quejarnos demasiado al ayuntamiento porque esta obra la paga y dirige la Diputación, el maquinista de la excavadora es del Trabuco, el peón albañil vive en Archidona, el maestro de obras es del Valle y la empresa destructora tiene su sede social en Cauche.
Yo prometo mantenerles informado por el MURRE del curso e incidencias de la dichosa obra.
He aquí algunas fotos que he tomado durante estos primeros días.
En honor a la verdad hay que reconocer que los trabajadores de la empresa FERSON llevan las obras a buen ritmo a pesar de las inclemencias meteorológicas, la estrechez de las calles y el enrevesado circuito de las tuberías de saneamiento.
En honor a la verdad hay que reconocer que los trabajadores de la empresa FERSON llevan las obras a buen ritmo a pesar de las inclemencias meteorológicas, la estrechez de las calles y el enrevesado circuito de las tuberías de saneamiento.
Para empezar, tres fotos de cómo era la plaza de la iglesia cuando yo era monaguillo.
Así empezó todo. Yo, como jubilado con cámara de fotos y las obras en la puerta de mi casa, hice cientos de fotografías. He elegido unas pocas. Ahí quedarán como recuerdo.
En la fotografía siguiente se ve el pavimento de la calle agujereado para que la máquina pueda levantarlo sin problemas. Lo picotearon todo, y con el puente del Pilar y los día de lluvia, no se ha trabajado durante más de una semana. Pues bien, como mi casa está bajo el nivel de la calle, de los 41 litros por metro cuadrado que han caído con la dichosa gota fría, en mi salón comedor han entrado una buena parte de ellos. En este Chorro y Nacimiento hogareño ya me está brotando las primeras higueras bravías. En un claro entre chaparrón y chaparrón, tapé con yeso algunos de los boquetes por los que se mete el agua, para intentar que pase de largo hasta que la cosa de arregle.
La calle |
Achicando agua |
Un pequeño homenaje a Manolo 'Currito', maestro albañil, y a Lorca trabajando en otro pavimento de la plaza hace poco más de veinte años.
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