Los pueblos con el tiempo envejecen pero a la vez se renuevan. Hay localidades que han crecido, los vecinos han construido viviendas más grandes y cómodas, y han nacido barrios nuevos, pero eso sí: las autoridades, a través de sus planes urbanísticos, han tenido el cuidado y el buen gusto de mantener en su esencia el casco antiguo,
Las casas van de padres a hijos o cambian de dueño; los nuevos inquilinos tienen dos opciones: reformar la vivienda para hacerla más cómoda, pero manteniendo la estructura original o derribarla para construir una nueva. El resultado de estos cambios no siempre han contribuido a que el pueblo mantenga su antigua sencillez, su belleza típica y el encanto de las calles empedradas, las casas blancas y las ventanas con flores. No hemos cuidado nuestro casco antiguo. Gente venida de fuera o vecinos cuidadosos con el entorno urbano típico nuestro, son los únicos que están intentando respetar lo poco antiguo que queda.
Sin que sirva de precedente, ni de acusación, pondré unas fotografías que hice sobre cómo se demolió una casa típica saucedeña y en el solar se ha construido algo que, a mi juicio, desentona.
El día de la calima y de la lluvia de barro, las casas blancas sufrieron las consecuencias. Ahora entiendo por qué en Marruecos las casas son de color tierra. |
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