martes, 10 de septiembre de 2024

435. Sauces, Saucedo, saucedeños y Aspirinas

 Los sauces, según mi enciclopedia, son unos árboles de la familia de los SALIX, y crecen junto a los ríos y en lugares donde el terreno es fresco. Como las ramas de estos árboles son flexibles y al salir del tronco caen hacia el suelo, se llaman sauces llorones. También se denominan sauces de Babilonia porque proceden de Asia.

Sauce llorón junto al granero. Ha sido podado,
ha perdido sus ramas lloronas y tiende a parecerse a una acacia.


Con el Morrón de la Aguililla al fondo, como siempre.

Arboleda nueva donde aparecen dos de nuestros árboles simbólicos: los sauces.

Cuando en un sitio hay abundancia de una clase de árboles o plantas, se forman topónimos con su nombre colectivo: si hay álamos, Alameda; si hay juncos, Juncal; si hay romero, Romeral, si hay enebros, Enebral... Como en el entorno de lo que luego sería Villanueva del Rosario se criaban muchos sauces, a esta comarca la llamaron Saucedo. Hay más sitios donde abundan o abundaban los sauces y que se llaman Saucejo (en la provincia de Sevilla) Saucedilla (una cortijada del término de Antequera). Hasta principios del siglo XIX pertenecíamos a Archidona y el sitio se llamaba Partido del Saucedo.

Durante el proceso de segregación (independencia) de Archidona, los habitantes del lugar propusieron llamarlo Puebla del Saucedo porque abundaban los sauces, pero como fue Fernando VII quien definitivamente nos otorgó el derecho a ser municipio independiente, con alcalde y tributos propios, en agradecimiento a este detalle alguien propuso el nombre de Puebla de Fernando VII. Al final esta propuesta no tuvo éxito. El caso es que como era un pueblo nuevo, su patrona era la Virgen del Rosario y los duque de Osuna, de quienes dependíamos feudalmente, tenían gran devoción por esta Virgen, al final los vecinos y vecinas optaron por llamarlo Villanueva del Rosario. A pesar de este nombre tan rimbombante, tenemos un seudónimo o apodo que nos acompañará siempre: El Saucedo.

Escudo de Villanueva del Rosario

Cuarterones con la Virgen del Rosario, el castillo que recuerda los vestigios de la antigüedad, la fuente por la abundancia de agua y los sauces que dan nombre al pueblo y a sus habitantes.

Dos sauces son un Saucedo

Y de Saucedo viene saucedeño. Si los del Trabuco se llaman trabuqueños, los de Archidona archidoneses, y los de Antequera antequeranos, los del Rosario seremos siempre saucedeños y saucedeñas. La verdad es que no era fácil formar el gentilicio a partir del nombre de nuestro pueblo, Villanueva del Rosario, porque saldría algo así como villanovense o rosarino, gentilicios que no nos pegan.

Pero la gente no decimos 'saucedeños' así sin más. Esta palabra, como otras muchas, aunque las escribamos tal cual, es decir, bien, al decirlas las sometemos a nuestra peculiar fonética andaluza. Primero, como estamos cerca de Córdoba, la -c- la pronunciamos -s- por nuestro seseo. Sería, pues sausedeños. Luego, por la tendencia a eliminar las consonantes intervocálicas, en este caso la -d-, la cosa queda en sauceeños, con especial hincapié en la segunda e cuando la pronunciamos. Luego viene la manía nuestra de eliminar las consonantes finales de las palabras, sobre todo la -s que indica plural. La cosa quedaría más o menos así, aunque sea plural: sauseéñoh, dándole fuerte a la segunda e y donde la h representaría una breve aspiración no tan fuerte como la pejeta (peseta) de los antequeranos.

¿Y qué pinta en todo esto la Aspirina? Como esto es sólo Saucipedia, acudiremos a la Wikipedia. Allí nos aclaran que "la corteza de sauce ha sido mencionada en antiguos textos de Asiria, Sumeria y Egipto como un remedio contra los dolores y la fiebre. El médico griego Hipócrates escribió acerca de sus propiedades medicinales hacia el siglo V a. C."

En el siglo XIX se aisló el principio activo, la salcina, y los alemanes comercializaron el ácido acetil salícílico (de salix, sauce) con el nombre de aspirina Bayer.

También es un antiinflamatorio, y los que tenemos la tensión alta la tomamos en el Adiro porque pone la sangre fluida y así circula mejor.

Y así es como juntamos el sauce, el Saucedo y los saucedeño con la aspirina.

Em este mapa que publicó Pepe Mateo se lee arriba, en el centro, Puebla del Trabuco y abajo Puebla del Saucedo.
Es de 1780.



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