Fueron los años en los que estuvo de párroco Santiago Martínez cuando cada Navidad se montaban teatrales nacimientos vivientes con decenas de figurantes: ángeles, pastores, lavanderas, bordadoras, reyes magos... Era en la plaza de la iglesia, con fuego real y con un frío de mil demonios. De todo aquello se hicieron fotos en los que aparecen niños y niñas que ahora son ya grandes. Paqui Ortigosa hizo las que aquí os muestro.
Numero las fotografías para que así podáis ayudarme a poner los nombres que faltan.

























Buenos días a todos los blogueros, amigo Paco, si no existiera el MURRE, lo tendrías que inventar. Desde luego que vaya idea buena e interesante tuviste el día que pensaste en crear este invento, en bendita hora se te ocurrió. Saludos para todos.
ResponderEliminar