miércoles, 26 de noviembre de 2014

141.- Disfraces en colores

Ficha de esta entrada con pocas palabras y muchas imágenes.
Origen de las fotos: archivo de Pepe Repiso.
Época: finales del siglo pasado, cuando para disfrazarse no había que ir al Trabuco.
Protagonistas: gente sana que se disfraza con ganas de divertirse y de divertir a los demás.
Pie de foto: no hay; que cada uno busque y averigüe el quién, el dónde y el cuándo. El porqué está claro.
Añado tres fotos sin disfraces, con grupos bebiendo y divirtiéndose.
Y a ver si me ayudáis con vuestros comentarios.

















viernes, 21 de noviembre de 2014

140.- Teatro escolar

Siempre ha habido en el colegio del pueblo algún maestro o maestra a los que les ha gustado organizar actividades con los niños: bailes, teatro, disfraces... Lo malo es que de estos actos hay muy pocas fotos a las que podamos acudir. Yo he conseguido unas cuantas y aquí os las muestro; diré algunos nombres que conozco. El resto lo averiguáis vosotros.

En la primera foto se ve un grupo de niñas sobre un tablado en la galería de arriba, donde tenían la clase las niñas. Van disfrazadas de china, de ángel, de niño, de polichinela...
Creo que la primera niña por la izquierda puede ser Celia, la mujer de Higinio Repiso.



En la segunda fotografía se ve un grupo numeroso de niñas pequeñas haciendo gestos con las manos. El escenario es el mismo que el de la foto anterior pues a la izquierda tenemos el mismo almanaque y en el centro la foto de una mujer. Debía de hacer frío pues en primer plano tenemos el brasero para que se calentasen las criaturas.
La segunda niña por la derecha tiene todas las pintas de ser Verania, la mujer de Pérez.



Esta fotografía no es de niñas haciendo teatro pero la reproduzco porque creo que tiene su interés; están en clase, atentas a quien las retrata.
Vestidas con el babero blanco vemos a Juanita, la mujer de mi hermano Manolo, a Pilar, a Mari Carmen la Herrera...




En la siguiente se ven los actores de algún juguete cómico. La fecha es del 2 de enero del año 1952.
De izquierda a derecha: Juanito el Chato, Pepe el Terrizo, Manolo Pedrines, Benito Velasco, su hermano Manolín, Paco Marquitos, Miguelín de doña Enriqueta y Pepe hermano del Leo.
En este caso se trata de una representación que hicieron los alumnos del colegio en el escenario del Cine España.




No hay apenas fotos en las que se vea la sala de butacas (eran bancos de madera) del cine. Esta fotografía se hizo en el entreacto de algún teatro o mientras se esperaba que comenzase la película. Hay carteles de película: ¡A la orden, almirante! La bella Otero...
Os digo algunos nombres: Antonia Rabiosa y su marido, Juan de Frasquillo, el Pinga, Eloísa, Anita de Cano, Miguelín, Rosalía...



Instantánea de una representación en la que las niñas hacen de enfermos, médicos, enfermeras...
La de la cabeza vendada y corbata puede ser Aurora, la hermana de Gustavo el farmacéutico.



 Este cartel, posiblemente de 1958, anuncia una serie de actuaciones de las niñas del colegio.


 Escena de una obra de teatro. Las artistas son Mari Tedora, Eloísa, Rosalía, Pepe de León...

 

Herminia de Tedoro, mi hermana Mari Carmen, Mari Tedora...




Esta fotografía me la dejó Mari, la mujer de Juan Díaz (Colón). Son niñas de una escuela rural en Villanueva del Trabuco.



Esta foto se tomó en un desfile de carrozas, pero como parece una escena de teatro, también la pongo en esta entrega.


Mari Carmen Moreno Rico, Susana Tedoro y Sofía 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

139.- Saucipedia. Oficios perdidos (1)

Los adelantos de la técnica, los cambios de la vida moderna y el paso del tiempo han ido arrinconando viejos oficios y antiguas profesiones, de los que apenas quedan recuerdos y quizás el mote o apodo que heredaron los descendientes de aquellos obreros y artesanos: albardonero, herrador, aperaor, recovero…

La imagen del hombre que, sentado a la puerta de su casa, majaba esparto con el que hacer pleitas; el latero con su infiernillo de leña soldando con estaño el culo de una olla o haciendo un jarrillo de lata con el envase de la leche condensada; el trapero que voceaba sus productos y que los cambiaba por trapos viejos, suelas de alpargatas o asas de cubos; el retratista con su caballito de cartón y su paisaje de fondo, que hacía los retratos el Día de la Virgen; el trajín en las posadas con los arrieros, los burros, los aparejos colgados en las estacas, los pellejos de vino o aceite, las naranjas y uvas moscateles que aquellos hombres recios transportaban en sus bestias desde la costa atravesando la sierra por veredas y vericuetos; el porquero que al atardecer daba rienda suelta a los cochinos que, hambrientos y como locos, subían por el Pecho de los Civiles buscando, ciegos, la casa de su dueño; y el recovero, la partera, la mandadera, el calero y tantos otros oficios de los que apenas sabemos los nombres. Volvamos la vista atrás y digamos algo de ellos.
Faltan algunas fotos que iremos añadiendo.

Cerrajero. Era el artesano que hacía y arreglaba cerraduras, llaves, candados, cerrojos y otros objetos de hierro con los que se cerraban aquellos viejos portones tachonados de clavos negros. Con el tiempo, las enormes llaves y fuertes cerraduras han sido sustituidas por artilugios sencillos y discretos. Las antiguas llaves y los pesados candados se han convertido ahora en piezas de museo.




Albardonero. El nombre le viene de que hacía albardones para las bestias. En su taller, completamente artesanal, elaboraba todo tipo de aparejos para las caballerías: mantas, enjalmas, sobrenjalmas, ataharres, collarines y cinchas primorosamente bordados. Una preciosa artesanía que, aplicada a otros objetos, pudiera haber tenido un prometedor futuro. Fue albardonero y guarnicionero el padre de Pepe Vegas; el oficio y el saber se lo transmitió a Luis Lara, quien llegó a ser un experto albardonero. Arrinconados por las maquinarias, se acabaron los trabajos con los mulos, caballos y borricos, y con ellos los artesanos que confeccionaban sus aperos y ropajes.

He aquí una vieja collera de las que se ponían a los mulos. Es obra de un albardonero.



Peón caminero
Hasta la llegada del asfalto, el firme de las carreteras se compactaba a base de piedra picada y tierra, apisonadas con unos artefactos enormes y pesados a los que los niños llamábamos máquinas ‘achancaoras’. Para intentar arreglar los numerosos baches que el agua ocasionaba en aquellos firmes tan precarios, Obras Públicas creó el cuerpo de peones camineros. Las herramientas con las que arreglaban los baches, limpiaban las cunetas o quitaban las hierbas que nacían en los arcenes eran un carrito, una espuerta, un rastrillo y una azada. Estos trabajadores vivían con su familia en las llamadas casillas de camineros, viviendas situadas cada ocho o diez kilómetros junto a la carretera que les correspondía cuidar. Los olivos aledaños a las carreteras eran de Obras Públicas y los han recogido hasta no hace muchos estos peones hoy ya desaparecidos.

La casilla de camineros que está junto a la antigua carretera. Hecha con piedra e hierro, se mantiene firme después de casi cien años.





Tejero
Además de tejas, ladrillos y baldosas de barro para las casas, el tejero era también alfarero pues de su taller salían también cántaros, botijos, pirulas, alcancías, etc. Las herramientas utilizadas eran pocas (torno, galápago, moldes) ya que el trabajo del barro era totalmente manual; eso sí, producían piezas de extraordinaria calidad como lo demuestra el hecho de que las tejas antiguas aún se siguen usando por su gran dureza y perfecta impermeabilidad.

Se trabajó en el tejar hasta los años sesenta del siglo pasado y, una vez abandonado el oficio, sus descendientes han heredado el apodo de ‘tejeros’. El último taller de alfarería que hubo en el pueblo lo regentó Ricardo ‘el tejero’. De sus manos salieron cántaros, lebrillos, macetas, tinajas… Al contrario de otros pueblos que mantuvieron este trabajo artesanal como una fuente de riqueza, en el nuestro esta tradición se ha perdido por completo.





Herrero
Las antiguas herrerías, muy distinta de las que ahora conocemos, eran talleres en los que el herrero fabricaba y reparaba las herramientas necesarias para las labores agrícolas (arados, rejas, rulos, herraduras) así como los herrajes de las casas (rejas, balcones, clavos, cierres). Al hierro calentado en la fragua se le daba forma a fuerza de golpes con el martillo sobre la bigornia.
Los niños mareábamos al herrero pidiéndole que nos hiciera una buena púa para el trompo; para ello había que llevarle el asa de un caldero.

Paco 'Herrero' junto a lo que queda de su antigua fragua.



Zapatero
Han sido muchos y muy buenos los zapateros de Villanueva del Rosario. Yo he conocido a Pepe Marcos (que fue alcalde después de la guerra), Valencia (el que cuando se emborrachaba decía aquello de: “Rebanás, platillo volante y a mí qué”), Pepe el de la Bigota, el Lirio, Veleta… Ahora el único que mantiene la tradición es Carlos el Caracol.
En su cuartillo con vistas a la calle, el zapatero hacía botas, pichones, borceguíes y sandalias; gobernaba zapatos, ponía medias suelas y colocaba remiendos con sus leznas, agujas, cabos de cáñamo untados de cerote; se servía de hormas de madera, y bajo la mesa siempre había un recipiente con agua en el que se metían los cueros para ablandarlos.

Falta la foto de Carlos 'El Caracol', nuestro último zapatero.


Aperador
En los cortijos, el 'aperaor', como decimos nosotros, era una especie de capataz. El diccionario dice de este oficio: “El que cuida de la hacienda del campo y de todas las cosas pertenecientes a la labranza”. Trataba directamente con el amo, organizaba las faenas y distribuía el trabajo de los yunteros, gañanes, segadores, peones… Era un puesto de confianza y, por lo común, vivía con su familia en el cortijo.


Gañán
Hombre fuerte y experimentado que, con una yunta de bueyes o de mulos, araba los campos. Era este un oficio muy duro.

Un arado de vertedera hecho en Vitoria.



Uno de los primeros tractores que comenzaron a hacer el trabajo de los animales y de los gañanes.


Carretero
Conducía los carros en los que se transportaba el grano, la paja y cuanto fuera pesado y voluminoso. Del carro o carreta tiraba una yunta de bueyes unidos por el ubio, o una collera de mulos.

Dos carretas, una tirada por mulos y la otra por bueyes, en la era del cortijo del Tardón. Los operarios se entretienen toreando una vaquilla.


El que conduce el carro es Manolo Chiquitín; en brazos lleva a Baltasar.



Cosario
Persona que se desplazaba a las localidades cercanas de Antequera, Archidona, Loja o Málaga para traer o llevar cosas y encargos de toda clase. El nombre de ‘cosario’ viene de ‘cosa’, y el oficio desapareció cuando la mayoría de las familias del pueblo pudo disponer de vehículo propio. Los últimos cosarios fueron Miguel Mérida, Juan González ‘Catorzo’, Tedoro y Bartolo.

De Miguel Mérida. ‘Gazpirre’, se cuentan dos anécdotas. La gente llegaba a su casa y cada uno le decía lo que necesitaba; conforme le iban haciendo los encargos, Miguel Mérida colocaba sobre la mesa un papel en el que había anotado los datos y, sobre cada uno, los dineros correspondientes. Una vez terminada la operación, soplaba y caían al suelo todas las notas que no estaban sujetas por monedas.

En otra ocasión alguien le encargó que le trajese de Antequera un cántaro. Llegada la noche del día siguiente, el cliente viene a recoger su cántaro a lo que Miguel le dice: “¡Vaya, hombre! El cántaro se ha roto por el camino”. Y el otro, como alegrándose del percance, va y dice: “¡Menos mal que no te lo pagué!” A lo que responde Gazpirre no menos sonriente: “¡Pues menos mal que no te lo compré".


sábado, 8 de noviembre de 2014

138.- Bailes

Bailar es una de las formas más civilizadas de relacionarse, divertirse y disfrutar. De los antiguos fandangos que bailaban nuestros antepasados no ha quedado ni rastro; las sevillanas, el baile agarrado y los ritmos modernos arrasaron todo lo anterior, arrinconando hasta extinguirlos aquellos viejos fandangos y verdiales de nuestros abuelos.

Me dejo de historias y os muestro en fotos dos tiempos distintos en los que se ven saucedeños y saucedeñas bailando. Las imágenes en color (del archivo sin fondo de Pepe Repiso) son más modernas y no quiero comentarlas. De las en blanco y negro diré algo para orientar en lo posible.
Muchos os reconoceréis aunque hayan pasado más de cuarenta años.











Esta danza de sílfides con trajes de presuntas novias tuvo lugar en el escenario del Cine España allá por los años cincuenta del siglo pasado. Para situarnos cronológicamente os diré que la que parece dar palmas en el centro es Rosalía de García, la hermana de Juanito el Chato.


Curiosa foro de mediados de los años cuarenta. Si contáis por la izquierda, la quinta mocita con traje de gitana, flor en el pelo, mantón de Manila y zarcillos es mi hermana Remedios. La gitana del centro y la más efusiva es la Pilar, hija de Cristóbal el sordo y de la Primitiva. La foto se tomó en la escuela y a la derecha se ve un váter con la tapa levantada. Estamos en la galería de arriba del grupo escolar, donde estaban las clases de las niñas.


Baile de gitanas en el entreacto de una obra de teatro que se representó hacia 1954 en el escenario del Cine España.


Mocitas del pueblo en un momento de su baile al son de una música de zarzuela.
Reconozco a Elvira del Cele, Ángeles del Tardón, la mujer de Frasquito el de las Fresnedas, Rosalía de García, Irene hermana de Alejandro...


Un momento del ballet con música de un vals de Strauss.
De izquierda a derecha: Mari Tedora, Rosalía, Eloísa, Rosarito Molina, Amparo Peláez, Isabelita y Rosarito Pizarra.

Las mismas en otro fotograma de su actuación estelar. El escenario vuelve a ser el del Cine España.


Este baile regional presenta a seis mocitas con delantal, flor en el pelo, pañuelo al cuello, alpargatas con cintas y vestido floreado. Para que se hagan idea de la fecha, les diré que la primera por la derecha es mi hermana Mari Carmen, y por la izquierda Herminia Tedora, Sergia, Aurora... Charo 'Pizarra'.