La Huerta Escobar, junto a la Huerta Africana y el cortijo de El Moral, son construcciones en el término de Villanueva del Rosario que, además de servir como centro de las faenas agrícolas, en su interior se reproducen la estructura y las dependencias de una vivienda de lujo.
Según algunos documentos, la Huerta Escobar se construyó hacia 1858 y perteneció a los familiares del escritor e investigador malagueño don Narciso Díaz de Escobar de Antequera y a los Alcántaras y Sánchez la Fuente de Archidona.
Es un sólido edificio de tres plantas, en el que vivían los dueños, rodeado de otras espaciosas dependencias donde estaban las caballerizas, bodega, almacenes, así como un molino de aceite del que en la actualidad sólo quedan las paredes y una enorme tinaja que consiguió rescatar la actual propietaria.
La finca está situada en un montículo que domina la amplia y fértil llanura que se extiende a la derecha del río Guadalhorce, de cuyas aguas se surte para el riego. La vivienda principal está orientada hacia el sureste, en un lugar estratégico junto a los caminos que iban y venían desde Málaga al interior de la provincia, un siglo y medio antes de que se construyera la actual carretera.
Me limito a mostrar las fotos que con el permiso de las actuales propietarias hice de las dependencias, mobiliario y objetos decorativos de esta interesante construcción. La distribución de los espacios se hizo con tal acierto que en todo el edificio no hay ni un solo pasillo.
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