Sería a mediados del siglo pasado, hacia 1953 (entonces yo tenía siete u ocho años) cuando tuve ocasión de ver y oír en el pueblo al último recitador de romances, de los llamados 'romances de ciegos'. No me acuerdo si el recitador era ciego o no, pero aún hoy tengo presente la escena en la plaza de abajo, en la del ayuntamiento, donde un grupo de personas, grandes y chicos, hombres y mujeres, escuchábamos extasiados aquellas historias.
He buscado en internet y esto es lo que dice sobre el tema. "Romances de ciego o coplas de ciego se llama a un tipo de romance de raíces populares inscrito en el género de la llamada literatura de cordel. Similares en su métrica y estructura a los romances tradicionales, solían caracterizarse por su selección de temas truculentos o sucesos insólitos".
El hombre iba de pueblo en pueblo, reunía a los vecinos en la plaza y allí recitaba sus romances siguiendo una sencilla melodía que se repetía en cada estrofa. La gente oía con interés la historia que contaba (crímenes, amores desgraciados, hijos que se pierden y que aparecen, portentos milagrosos...) y al final de su representación vendía los pliegos en los que aparecían impresos aquellas historias tan interesantes. Ese era su negocio.
Como se ve en el ejemplo que os pongo, el romance es una serie de versos de ocho sílabas (octosílabos), agrupados en estrofas de cuarto versos (cuartetas) con rima en asonante. El único ejemplar de que dispongo me lo regaló una mujer de Villanueva del Trabuco que se dedicó a coleccionarlos.
En internet podréis encontrar numerosos ejemplos de estos romances populares, algunos de ellos acompañados de la melodía con que eran recitados.
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