He publicado en este MURRE muchas fotografías de festivales taurinos, unos en serio y otros de cachondeo. Muchas proceden del fotógrafo antequerano Antonio Rama, pero la mayoría son obra de nuestro paisano Pepe Repiso. Hoy me voy a detener en una especialmente oportuna por el momento en el que Pepe la tomó.
Os la muestro.
¿La habéis visto bien? En una plaza portátil de ruedo rojo y blanco se ve el momento en el que el banderillero, José Antonio, conocido por su apellido 'Gaona', en el centro del albero iba a colocar un par de banderillas sobre una pobre vaquilla. Como todos los aficionados sabemos, estos artilugios taurinos consisten en un palo de unos 70 centímetros de largo, forrado de papel de colorines y que en la punta tiene una especie de arpón para que, si llegan hasta la víctima (toro, novillo o vaquilla), se claven a pares en la parte superior del animal y, de esta manera cruel, enrabietar y hacer más bravo al cornúpeta de turno.
¿Pero qué es lo que muestra la instantánea que hemos puesto más arriba? Gaona, no solo no ha conseguido hincar los palitroques en el lomo de la enclenque vaquilla; muy al contrario, ayudándose de la cabeza y de los cuernos, el animal ha conseguido el efecto contrario: las tornas se han cambiado y es la vaquilla la que le clava a Gaona ambas banderillas por las partes punzantes, en sus partes doblemente doloridas, a tenor de la expresión de dolor en la cara del banderillero de pacotilla.
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