Desde que el pueblo es pueblo y tuvo su iglesia allá por el año 1760, en las fiestas religiosas se sacan en procesión imágenes de santos (Virgen do Rosario, Virgen de los Dolores, Cristo con la cruz a cuestas, san Isidro, el Corpus Cristi, san José, Auxiliadora, Virgen de Fátima...) y cuando sale la procesión, necesariamente hay gente acompañándola durante el recorrido: es la calle de La Estación.
Hoy os muestro, del archivo de Pepe Repiso, algunas fotografías donde se ve el trono, los porteadores, las autoridades y mucha gente, sobre todo mujeres, alumbrando el camino. Lo costumbre de alumbrar con las velas tiene su explicación, porque antes de la llegada de la luz eléctrica las calles del pueblo se quedaban a oscuras en cuanto se hacía de noche. Lo mismo sucedía dentro de la iglesia, iluminada con velas sobre candelabros. Las velas y las mariposas de aceite eran la única manera de ver y seguir los oficios religiosos en Noche Buena, Semana Santa... En las casas, la luz venía de los candiles con su aceite y su torcía, y luego de los quinqués de petróleo.
A principios del siglo XX llegó al pueblo la luz eléctrica y llegaron a funcionar hasta tres centrales movidas por agua o por un motor. La producción era escasa y así lo dice la copla:
Con tres fábricas de luz
que tenemos en el Sauceo
y estamos todas las noches:
alumbra aquí que no veo.
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