Antiguamente, cuando no llovía, se sacaba a los santos y se hacían rogativas para atraer las lluvias; era lo mismo que las danzas de los indios sioux americanos, y que por lo visto tampoco les surtían mucho efecto, porque en las películas siempre se les veía rodeados de desierto o del Séptimo de Caballería.
Así y todo, en nuestro pueblo podemos darnos por satisfechos pues, hasta la presente, no tenemos restricciones en el suministro y la sierra sigue, incansable, proveyéndonos de la bendita agua sin la que nadie ni nada puede vivir. No sabemos lo que tenemos.
Recuerdo haber pasado buenos ratos paseando por esos lugares y disfrutando del sonido del agua cantarina. Hoy pasa como en mi pueblo con zonas como el llamado "Pijo del cura", arroyo Salado y otros más. De fuentes y arroyos no tienen más que el nombre.
ResponderEliminar