lunes, 4 de diciembre de 2023

405. Familia Álvarez Curiel

El otro día alguien me dijo: " Paco, en el blog hablas de muchas familias, pero ¿de la tuya qué?" Hoy toca hablar de mi familia y para hacerlo bien voy a empezar por el principio.

Mis abuelos y mis padres eran oriundos de Antequera, y su vida transcurrió entre cortijos (El Chaparral, El Fundío, La Ventilla. Las Buitreras...) dedicados a la agricultura y a la ganadería.

Mis abuelos paternos fueron Pedro Álvarez Gutiérrez (1875-1943), que luchó en la guerra de Cuba y Remedios Curiel Díaz (1876-1924). Tuvieron siete hijos, apellidados Álvarez Curiel, todos varones: Pedro (padre de Benede, Rafalito...), Francisco, José, Juan (mi padre), Antonio, Manuel y Rafael, que fue enfermero durante muchos años en el antiguo Hospital de Antequera.

Mis abuelos maternos fueron Juan Curiel Díaz, hermano de mi abuela paterna, y María Rico Galeote (1887-1960) que tuvieron dos hijos: mi madre y su hermano Juan, casado con Matilde, vivieron en el cortijo Los Pirineos y fueron padres de Josefita, Juan, Lope Gabriel, Pepe, Isabel y Matilde.

El resultado es que, como estos antepasados míos vivían en cortijos e iban poco a Antequera y no había mucho donde escoger, mi padre y mi madre, aunque eran primos hermanos, terminaron casándose. Mi madre, que tenía su gracia, repetía un dicho que significaba lo que significaba: "Con la cosa de que somos primos, entro y te veo". Casarse parientes cercanos tiene sus riesgos y por eso necesita unos permisos especiales por las secuelas que la consanguinidad puede acarrear a la descendencia.

En 1931, con 21 años, mi madre se casó con su primo, mi padre y, como su suegra ya se había muerto el año 1924  con solo 48 años, ella era la única mujer en un cortijo donde vivían 8 hombres a los que tenía que hacer la comida, lavar la ropa y llevar ella sola para adelante todas las faenas de una casa. Para lavar la vestimenta de tanto hombre, cargaba los trapos en una bestia y bajaba hasta el arroyo de Los Chorrillos, cerca de Las Navillas.

Pasados unos años, mis padres se fueron a vivir al cortijo de Las Buitreras y de allí, hacia el año 1935, se vinieron al pueblo, a una vivienda que les dejó un matrimonio (Carmen y Manuel Rodríguez) que vivían en Málaga y que solo venía a su casa a pasar los veranos.

Mi padre se llamaba Juan, pero todo el mundo lo llamaba Pedro y nosotros, sus hijos, terminamos siendo Pedrines. Otro detalle: a mi madre todo el pueblo la conocía como María Pedro y la verdad es que no sé por qué. El nombre de mi madre, en el DNI y en todos lados, era Remedios, el mismo nombre que el de su tía, la madre de mi padre, que era hermana de Juan Curiel Díaz, el padre de mi madre. No sé si me explico, porque en este lío de nombres y parentescos a veces me pierdo.

Mi padre trabajó en el campo, fue carbonero y terminó regentando ruinosamente una taberna. Su último trabajo fue el de plantar árboles, por cuenta del ayuntamiento que regentaba Juan Molina, desde el Puente Panduro hasta el Puente del Cerezo. Fue regando la última acacia, la única que aún subsiste a la izquierda del Cerezo, junto al cao, cuando le dio un infarto y murió el 13 de mayo de 1960 con poco más de cincuenta años.

Mi madre, María la de Pedro, bastante tenía con cuidar de las gallinas, hacer la comida, vender carbón, pan y cal, lavar la ropa en un lebrillo, regentar una fonda y criar ocho hijos.

Remedios, que fue matrona.
Juan, que murió con dos años.
Pedro, emigrante, emprendedor y empresario.
José, que se hizo cura.
Manuel, el mejor técnico en electrónica de la comarca.
María, que murió con 18 meses.
Francisco Jesús, que soy yo y que me dediqué a la enseñanza.
Y Mari Carmen, que siguiendo mis pasos se hizo maestra.

Los dos últimos somos los que de momento quedamos. A propósito de nuestros oficios mi madre se dejaba caer y nos decía: "El que sabe, sabe, y el que no, 'pa' maestro".

Primera página del libro de familia.

Foto de estudio de mi madre.

Mi padre, en traje de gala para la foto de estudio en Antequera.

La foto de boda. Entonces las novias vestían de negro.

Otra elegante foto de estudio.

Mi padre de soldado.

La pareja, aún jóvenes.

En una boda

Mi abuela materna, María, sentada entre su hermano Lope y su sobrina Matilde.
La pequeña es Josefita, que de mayor se casó con Bermúdez.

Mi madre, jovencita, junto a su tía Josefa con un niño en brazos.
La tía Josefa vivía en La Ventilla, cerca de la Yedra y tuvo 18 hijos casi todos varones.

Mi tío Juan con Juanito en brazos; en el centro mi abuela María y al lado Matilde con otro hijo.

Mi abuelo materno, Gabriel Rico Ramos

Mi abuela materna: María Rico Galeote

Mi abuelo paterno, Pedro Álvarez Gutiérrez, marido de mi abuela Remedios Curiel Díaz

Mi bisabuela materna, Isabel Galeote Navas

En Las Delicias el día de la boda de Mari Carmen e Hilario.

Eloísa con mi madre que indica dónde estaba su dormitorio en las ruinas del cortijo de las Buitreras

Junto a esta pedriza estaba el cortijo.

Mi hermana Remedios

Mari Carmen, Isabel de Ramitos y tres primos de La Ventilla en el patio de La Fonda.

En la cocina matando gallos.

Mi tío Juan, la chacha Josefa, Mari Carmen, mi madre, Matilde y Remedios.
Sentados: yo, un cura de Guinea Española, mi sobrina Maribel y mi hermano Pepe

La foto del caballito; Mari Carmen, Manolo, Pedro y yo, el de los tirantes.
Mis hermanos llevan un triángulo negro porque se había muerto mi abuelo.

Mi hermano Pepe y mi madre

La única foto en la que aparecemos los seis hermanos con mi madre. Fue el día de mi boda con Eloísa.
A la izquierda están mis suegros, Francisca y Manolo.
Abajo: Eloísa María, Carmen Rosa, Maribel, Belén y Antonia María

En las escaleras de la casa barata en calle Sidi Ifni.
Yo, mi madre y Mari Carmen

En la puerta de la iglesia. En el centro, María Pedro


Con ochenta años, mi madre recorrió media Europa.
Aquí la vemos con paso decidido en una fortaleza árabe.

Las Delicias: la familia en un bautizo.

Remedio, mi madre, María, la madre de Juanita, mi hermano Manolo, Juanita y Belén el día de su bautismo.

Mi padre y su el borrico cargado con dos seras de carbón

Een el centro, también bebiendo, mi padre rodeado de clientes

En la puerta de la taberna

Diego Gutiérrez, mi padre, Eduardo, Juan el gitano...

Juan Álvarez Curiel con cincuenta años

Un día de La Virgen en la plaza de toros, todos con sombrero cordobés.
Mi padre es el segundo por la izquierda en la fila de arriba.

El día que mi hermano cantó su primera misa en el pueblo después de ser ordenado sacerdote.

Un primo, hermano de mi primo Rafael el Lechero.

Remedios

Mi tío Juan, hermano de mi madre.

Mi tío Francisco, hermano de mi padre, con su familia en Barcelona.

Mi tío José Álvarez Curiel y su mujer Isabel Rico Pedraza

Mi tío Juan con la imagen de su novia Matilde

De soldado

Mi tío Juan con tres de sus hijos. Pepe, Isabel y María Teresa

El tío Pedro, el mayor de mis tíos paternos

Tío Pepe de soldado

Tío Rafael, que trabajó en el hospital de Antequera.


2 comentarios:

  1. Buenas noches, ante todo muchísimas gracias por tu generosidad en hacer públicas imágenes de tanto valor familiar.
    Soy nieta de tu tío Pedro, padre de mi madre Ascensión Álvarez Caro.
    En alguna fotografía sale mi tío Pepe, mi tía Carmen casada con mi tío Benede así como un primo hijo de Rafael y de Encarnación, mis padrinos.
    Desdé Barcelona un cariñoso saludo.

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  2. Buenas tardes seguidores del blog, soy primo de la que ha echo el primer comentario,nieto también de Pedro Álvarez Curiel y hijo de Benedicto Álvarez Caro me ha emocionado , ver y leer lo escrito por Paquito te felicito, y aprovecho, la ocasión para revindicar ,el tan deseado museo de historia de nuestro querido pueblo,un saludo.

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