En el callejero de Villanueva del Rosario tenemos dos calles rotuladas con apellidos muy raros en el mundo y casi exclusivos de nuestro pueblo: Serranes y Carneros. La razón es que en esas calles vivían familias con esos apellidos y que han tenido un papel importante en la economía y en la política del pueblo.
Calle Carneros, que va desde la Plaza de España hasta calle Arroyo, se conoce también como "el pecho de los civiles", porque en la casa grande (donde ahora está el ayuntamiento) estuvo el cuartel de la guardia civil.
Calle Serranes, que durante el franquismo le cambiaron el nombre por calle 7 de febrero, muchos la conocemos como la calle "de don Manuel", por Manuel Navas el practicante que en ella vivió hasta su muerte.
Todo esto viene a cuento porque hoy vamos a hablar de un Serrán ilustre: Ginés Serrán Pagán, nacido en Ceuta y de padre Saucedeño, Cristóbal Serrán Ortiz que había nacido en la calle Fresca el 25 de diciembre de 1906 y cuyos padres eran Cristóbal Serrán Melero y Francisca Ortiz Podadera.
La familia emigró a Ceuta y allí nació Ginés Serrán. La historia del padre, Cristóbal Serrán merece una entrada aparte para él solo.
Como adelanto de lo que debemos conocer de Ginés, he aquí lo que de él se dice en un periódico ceutí.
Ginés Serrán Pagán ha visitado el pueblo en varias ocasiones y está encantado de conocer las raíces de su familia así como de saludar a sus parientes Serranes que aquí viven.
Tiene una hija y un hijo y quiere venirse a vivir con ellos en el pueblo. Se ha comprado la casa que fue de Cristóbal el Sacristán, la que está en la Plazoleta del Juez haciendo esquina con calle Recodo. Piensa reformarla, conservando la arquitectura original; es uno de los pocos edificios antiguos de nuestro pueblo que se mantiene en pie y que conserva rasgos de cómo eran antes las casas.
Lo hemos recibido con todo el cariño que se merece, como persona que ama a su pueblo, donde quiere montar un taller e instalar alguna de sus monumentales esculturas.
Pongo fotografías que hice con Ginés y su hijo Paco y otros invitados, unas en la calle el día de las paellas, otras en el cortijo Alemanillos de Antonio Trujillo y varias en mi casa comiéndonos unos callos.
En mi casa.
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