sábado, 7 de septiembre de 2013

64.- Convite, viaje y foto.

Al refrigerio, comida o banquete que daban los novios después de la ceremonia y que normalmente pagaba el padrino, los antiguos le daban un nombre muy bonito: regocijo. Mientras que en muchas bodas el regocijo se limitaba a una comida familiar, en los cortijos hubo celebraciones que duraban hasta tres días.
A mediados del siglo pasado se implantó la costumbre de dar un convite a familiares e invitados en uno de los pocos lugares amplios y acondicionados para recibir a bastante gente; el salón de baile del bar de Rafalito Julián.
He aquí una de las primeras fotos de bodas en dicho local; el que está de pie con chaleco es Rafalito, vigilante y atento.


Como se ve por las fotografías, hay más bebida que comida y los platos eran todos fríos, principalmente queso y embutidos. Al final no podían faltar el aguardiente y los mantecados.





Boda de Manolo y Anita

Manolo con familiares y amigos.

Boda de Gloria y Pepe




Boda de Joaquín y Rafalita

Foto de familia en la boda de Juan e Isabelita

Después de la boda, las parejas que podían se iban de viaje de novios durante unos días a lugares cercanos: Antequera, Málaga, Granada... Seguro que en muchas casas se guardan fotografías de los padres muy engalanados como recuerdo de aquel viaje de recién casados inolvidable. Y también guardadas como reliquias, las fotografías de nuestros padres, enmarcadas y colocadas en lugares preferentes.
Una precisión: hasta los años cuarenta, la novia llevaba siempre un traje oscuro y el velo blanco, y el novio traje negro de pana.  Lo de vestido de novia todo de blanco fue una moda que llegaría después.













1 comentario:

  1. Bonitas fotos ,la de tus padres Paquito cuanto se parecen los hermanos quiero decir tu padre y mi abuelo Pedro un fuerte abrazo.

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