domingo, 5 de enero de 2014

84.- Rama, el fotógrafo

Este MURRE nuestro de cada semana tiene bastante de revista gráfica pues en él la imagen predomina sobre el texto. Y todo esto es posible porque hubo alguien que hizo las fotografías que ahora podemos ver.

Como ya dije en otra  entrada, los años que aquí recordamos, en cuestión de fotos, no pueden compararse con los actuales pues prácticamente nadie en el pueblo tenía una cámara fotográfica. Las fotos anteriores a 1950 eran las que hacían los fotógrafos ambulantes que venían al pueblo el Día de la Virgen; son las fotos que hemos llamado 'del caballito'. También estaban las fotos de estudio que hacían los fotógrafos profesionales en Antequera o en Málaga, casi todas como recuerdo de boda. También tenemos las pocas docenas de fotografías que desde los años 20 hizo el cronista de la villa, Pepe Nateras, y a las que acudimos cada vez que podemos. A principios de los cincuenta llegó al pueblo un médico, don Vicente, uno de cuyos hijos, Alberto, se dedicó a hacer fotos de modo más o menos profesional. De él hablaremos en otra ocasión.

Quien de verdad inundó nuestras casas de fotos fue un antequerano que vio en este negocio un medio de ganarse la vida; era Antonio Rama. Desde finales de los años cincuenta hasta bien entrados los setenta, cuando Pepe Repiso se hizo fotógrafo profesional, Rama fue el encargado de retratar todo lo que de interés sucedía en el pueblo. Venía en bicicleta (recordad la antigua cuesta del Romeral) hasta que se compró una moto; a finales de su carrera como fotógrafo pudo comprarse un seiscientos. Yo lo recuerdo muy bien puesto que, cuando Antonio Rama tenía que quedarse en el pueblo, se alojaba en la fonda de Juan Molina que por entonces regentaba mi madre.

Si le dan la vuelta a las fotografías ustedes, pacientes seguidores de este blog, verán en muchas de ellas este inconfundible sello Rama.




Cada fiesta del pueblo, fuera día de la Virgen, Semana Santa, Corpus, san Marcos, san Juan en las Carboneras o con motivo de una boda, de un bautizo o de la inauguración de cualquier edificio, allí estaba Antonio Rama con su cámara en ristre dispuesto a retratar todo lo que se moviera. Otra cosa era que, una vez acabados los actos, cuando él volviera con las fotos reveladas, la gente se las comprara o no.

A su hijo Antonio, quien muchas veces lo acompañó y que siguió la tradición con un estudio en Antequera, le pregunté por la pista de los miles de negativos en los que se contenía todo lo acontecido en el pueblo durante un cuarto de siglo; desgraciadamente y a causa de la humedad de la casa donde se guardaban, se habían deteriorado tanto que quedaron irrecuperables.
Como recuerdo de este fotógrafo antequerano, he aquí cuatro fotos en las que aparece.

Antonio Rama, a la derecha, amagando con dar un puñetazo al 'Práctico'.
Con pañuelo María Josefa de Marquitos y las hermanas Eloísa y Ana de Juan Cano.
Detrás, Pepe Feodoble

Antonio y su hijo en el Puerto de las Pedrizas.



Recibiendo un premio del director de unos laboratorios fotográficos.

Esta foto se la hice yo a Rama y a Sebastián en Los Adoquines.

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