Murre, tanrre, querre: 50.- Luis Lara y el Santa Rosa

Como todo el mundo sabe, en Villanueva del Rosario la tradición futbolística viene de antiguo y la imagen de los jóvenes pegando patadas a una pelota en las eras o en un barbecho era muy familiar. De vez en cuando se celebraban partidos, que llamaban amistosos, pero que estaban cargados de rivalidad, contra los pueblos vecinos: Trabuco, Archidona, Riogordo, Casabermeja… Fue a principios de los sesenta cuando se crea el primer equipo más o menos formal: el Santa Rosa. Pues bien, en los primeros pasos, en el seguimiento y en el mantenimiento de este equipo hay una figura que ejerció un papel decisivo; fue Luis Lara, cuyo nombre, al igual que el del gran jugador y entrenador español Helenio Herrera fue abreviado en H.H., el suyo se redujo a L.L. aunque algunos prefirieron llamarlo Villalonga, nombre de otro célebre entrenador. Por si fueran pocos nombres, también era conocido familiarmente por 'Calzones'.

Luis Lara había padecido de niño la poliomielitis, enfermedad que hasta la llegada de la vacuna provocó muertes y muchas minusvalías físicas, y su padre lo puso de aprendiz de albardonero, oficio que aprendió pronto pero del que no pudo vivir pues los tractores y maquinarias desbancaron por entonces el trabajo de los animales en las faenas agrícolas y poco a poco fueron desapareciendo, con lo que el hacer albardones, ataharres o anterrollos resultó una profesión ruinosa.

Fue por aquellos años cuando Manuel Fraga, aquel polémico ministro de Franco, creó en España una red de teleclubs, locales que eran a la vez bar y centro juvenil, en los que la gente podía ver la televisión, pues eran pocas las familias que tenían un televisor en su casa. Luis Lara regentó durante varios años el teleclub del pueblo, que primero se abrió en un local de la calle Queipo de Llano (ahora 1º de Mayo) y que finalmente se instaló en una dependencia del Matadero Municipal. (Otro día, y en horario en el que no haya niños, contaremos las aventuras amorosas de la burra del basurero, que por la tarde careaba y andaba suelta por el amplio patio del Matadero, nombre que se le dio a este edificio que como vemos sirvió para todo menos para lo que fue construido.)

Impedido para practicar el deporte del balompié, Luis Lara se convirtió en presidente y entrenador de aquel Santa Rosa en el que se iniciaron muchos de los que con el tiempo serían buenos jugadores: Bernabé, Manolo Perche, Gento, Chicón, Jorge, Baltasar…Con su alcayata en alto, desde la banda lo mismo animaba y dirigía a sus jugadores que la blandía para amenazar al árbitro.

Normalmente había un solo balón, pero como L.L. aprendió bien el oficio de albardonero, se le daba muy bien repararlo con leznas, cabos, corseletes y remiendos.

El problema fue siempre el no tener un campo donde poder jugar todo el año. Una de las tierras de labor que servían de cancha fue la fanega de tierra que Matapollos tenía a la espalda del edificio del Matadero y que la había alquilado al equipo por 3.000 pesetas al año. Yo era también medio dirigente, y un día que estábamos en el bar de la Fonda Luis Lara y yo nos dijo Paco Matapollos que nos vendía la tierra por 12.000 duros (60.000 pesetas). El equipo estaba tieso A los pocos días el ‘Gallego’ se la compró por poco más, la hizo solares y se forró.

Panorámica de la portería (el travesaño es una cuerda) y del césped (con piedras y rampojos).

Pasado el tiempo Luis Lara se casó, se fue a vivir a Málaga y aunque desde entonces ha venido poco al pueblo, por su trabajo y entusiasmo al frente del Santa Rosa Club de Fútbol merece ser recordado con agradecimiento.

He aquí algunas fotografías en las que aparece Luis Lara, casi siempre con gafas oscuras, en diferentes momentos pero siempre acompañando a sus jugadores.