60.- Bodas en blanco y negro

José Nateras, en una nota manuscrita referida al día 23 de junio del año 1948, dice:

Hoy se han verificado 59 bautismos, de ellos 24 adultos, por el párroco de ésta don Timoteo Polo, ayudado por el de Alfarnate, don Ernesto Bueno Polo.

Y al día siguiente, el 24, añade:

En este día se han efectuado 52 matrimonios por los mismos párrocos; tanto los bautismos como los matrimonios, por ser pobres, han sido gratuitos; además a cada matrimonio se le ha hecho un regalo de 40 pesetas.

No es que Villanueva del Rosario fuera por aquellos entonces territorio de misiones y se hubieran producido conversiones en masa, es que las cosas estaban tan mal que la gente no podía ni casarse porque las bodas, por muy económicas que fuesen, siempre costaban dinero. En cuanto a los bautismos multitudinarios, era una demostración del poder de la iglesia en estos años de posguerra al obligar a grandes y chicos a cristianarse y a casarse por la iglesia, quisieran o no.

Para evitar los dispendios de la boda la solución era 'llevarse la novia' o 'irse con el novio' que para el caso es lo mismo. Una noche, por lo general en las vísperas del Día de la Virgen, el novio se llevaba a la novia a su casa o a algún otro sitio donde les diesen acogida, pasaban la noche juntos y el asunto ya no tenía apaño: estaban casados. A estas parejas que vivían juntas sin haberse echado las bendiciones, la iglesia las condenaba, decía que aquello era estar en pecado y a los hijos que tuvieran los inscribía como hijos naturales, no legítimos.

A propósito de esta costumbre de llevarse o raptar a la novia, mi madre nos contó lo que le pasó a una tía suya. Se casó, se fue a vivir con su marido a un cortijo y tuvieron seis hijas, lo que en aquellos tiempos de penuria no era ninguna ganga. Cuando la mayor se hizo mocita se echó un novio que al atardecer venía a verla y hablar con ella por la ventana. Una noche, aunque el padre cerraba bien todas las puertas y ventanas, la niña se escapó con el novio por una especie de piquera que no tenía reja y que daba al pajar. El padre renegó, la madre peleó pero así quedó la cosa. Cuando la siguiente llegó a la edad de mocear, se echó un novio y al poco tiempo se le escapó por el mismo sitio por el que había salido la primera. Una tras otra todas las hijas se le fueron yendo de casa con sus novios por el mismo boquete y con el aparente enfado de los padres. Cuando se le fue la última, el padre tapió la piquera.

Al mejorar los tiempos, las bodas con novias vestidas de blanco, con su velo y ramo de flores fueron algo corriente y la gente acompañaba a novios y padrinos desde la casa a la iglesia y desde la iglesia al lugar del convite, eso sí, acompañados por los municipales.
No tenemos ninguna foto de la ceremonia dentro de la antigua iglesia pues los curas de entonces, don Timoteo y don José María Astorga no veían bien que el fotógrafo Rama distrajera a los novios durante la ceremonia.
La última misa que se ofició en la iglesia antes de derribarla fue el 25 de abril del año 1960 y a partir de entonces, hasta el año 1965 en que se inauguró la nueva iglesia, la bodas se celebraban en la galería de arriba del grupo escolar donde también se decían las misas.
Aquí os muestro algunas fotos del paseo de los novios y padrinos, de la ceremonia y de la salida de los recién casados. En otra entrega hablaremos del convite, el viaje de novios y la foto de estudio.

Ayudadme (¡haced algo!) a ponerles nombres al novio, a la novia, al padrino, a la madrina y a la patulea de gente que seguía por la calle a los recién casados.