Como todos bien sabréis, el blog me muestra en todo momento las estadísticas de visitas diarias, semanales, mensuales... y, a partir del número y frecuencia de estas visitas, puedo deducir qué temas o series de fotos os interesan más. Después de una década de importunaros con mis entradas y salidas, he sacado algunas conclusiones.
La mayor parte de las visitas al blog la hacen usuarios de internet de edad comprendida entre los treinta y los cincuenta años. Es lógico, pues son los que saben manejarse en estas nuevas tecnologías, que han aprendido por necesidades de trabajo o por el mero placer de comunicarse.
Los intereses de los niños y jóvenes de hasta bien entrados los veinte años van por otros derroteros y no pierden el tiempo viendo caras de viejos o contemplando calles embarradas que les hacen pensar más en un país del cuarto mundo que en el antiguo Sauceo.
En cuanto a las personas mayores, en general, no saben manejarse entre tantos botones y, salvo grupos que están aprendiendo en clases para adultos, a casi todas les resulta muy difícil acercarse a los temas, fotos y asuntos que constituyen el meollo de nuestra SAUCIPEDIA.
¿Por qué casi todas las fotos son antiguas? Porque las personas ahí retratadas, aunque muchas de las caras no nos digan nada pues son gente que no conocimos, han formado parte de la historia cotidiana de nuestro pueblo y somos, de una manera o de otra, sus descendientes. Además, si alguien no se dedica a recopilar estas viejas fotografías y a guardarlas, terminarían olvidadas o destruidas como les ha sucedido a tantas otras.
A esa masa de seguidores asiduos y expertos en informática os pido que de vez en cuando mostréis a vuestros padres, abuelos y vecinos de edad avanzada el repertorio de fotos que vamos publicando. Ya veréis cómo os dan norte de quién es cada uno, de lo que hacían, de sus apodos y andanzas. Y aprenderéis un montón.
Hoy, a los que rondáis los cincuenta os pongo ante vuestros ojos una foto de comunión que se me extravió, y un grupo de retratos de niños y niñas disfrazados en fiestas y carnavales organizados en el colegio. Todas las fotografías forman parte de aquella caja de fotos que me dejó Pepe Repiso. Sé que tiene más pero todavía no se ha decido a prestármelas.
No pongo nombres a los que aparecen retratados porque sería el cuento de nunca acabar. Esa es vuestra tarea.
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ResponderEliminarHola a todos los visitantes. Una vez más, aquí estoy escribiendo un comentario. Como bien dice Paquito, los que seguimos el blog, estamos ya dentro de una edad: yo voy a cumplir 60 primaveras y, a pesar de mis faltas de ortografía, me voy defendiendo. Tengo que decirte, primo, que cuando me dabas clases de repaso en la fonda, el ordenador no existía. Yo he hecho varios cursos de ordenador y de algo me ha valido, pero cuando tengo alguna duda, recurro a mi hijo, del cual estoy muy orgulloso: es profesor de inglés en una escuela pública (quedó el número uno en las oposiciones de Catalunya, siendo hijo de un inmigrante... ¡Ahí queda eso!). Bueno, tengo que decir que cuando comento las fotos y los comentarios del blog con mi tía María (hermana de mi madre), nos emocionamos porque son muchos los recuerdos... De las fotos.. ¿Qué puedo decir? Son la herencia de nuestros antepasados. ¡¡Ese arte y ese salero que tenemos todos los sauceeños!!! Un abrazo desde Sabadell. ¡Animaros a escribir! ¡Hasta otra!
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